El pasado jueves se inició en el Teatro Góngora de Córdoba la gira por toda España que será la despedida entre Lola Herrera y el personaje casi mítico de Carmen Sotillo, adaptación teatral de la figura homónima que Miguel Delibes diseñara en forma de novela. Josefina Molina dirige esta puesta en escena de manera sobria para arrancar a la excelente actriz que es Lola Herrera toda la carga de intensidad y dramatismo que se desliza a través de la acción. No cabe la menor duda que Delibes escribe un guión magnífico en este texto, que es un documento vivo y retrato de la España franquista de los años sesenta del pasado siglo. Muestra las distintas inquietudes de una pareja de aquel tiempo: religiosas, políticas, morales o económicas.

En este monólogo, casi diálogo, con el cadáver de su difunto marido, Lola Herrera huye de todo artificio interpretativo y muestra un dolor creíble a través de los recuerdos que fluyen en Carmen y se convierten en reproches hacia la falta de ambición de Mario, sólo recordar la manía por el Seat 600, todo ello en un lenguaje coloquial y con un desorden temporal que hace muy verosímil el texto.

Josefina Molina se sirve de un diseño ágil y a la vez escueto, en una escenografía que no necesita más que una mesa y unas sillas para que el ritmo no decaiga ni un momento. Hace que la actriz se mueva con libertad y elegancia por todos los rincones del espacio escénico: se sienta, se recuesta, tira a la papelera lo que le viene en gana, deambula, mientras va desgranando todos los matices necesarios para mostrar la personalidad muy distinta entre Carmen y Mario, así como los variados problemas que les rodearon en vida y que ahora fluyen en este momento de las últimas cinco horas de velatorio: la ansiedad, culpa, falta de comunicación, soledad, el sentido de la vida… Todo ello a través unos bellísimos diálogos, sin estridencias, cargados de ironía y sarcasmo, que llegan con claridad a un público entregado que casi forma parte de la acción y ríe y llora junto a Carmen hasta el momento del espléndido final, que deja una pregunta en el aire. ¿Llegó Carmen a conocer en algún momento a Mario? ¿Y éste a Carmen? Buena andadura para este último encuentro entre las dos amigas, Lola y Carmen, que se ha iniciado en Córdoba.