Después de una polémica semana en la que Gerardo Olivares y el codirector del documental Dos Cataluñas, Álvaro Longoria, decidieron renunciar al premio Cine para la Paz y la Justicia en el festival Cinema for Peace de Berlín por la presencia y participación en la gala de entrega de Carles Puigdemont, algo que, bajo su punto de vista, «politizó» el acto, el cineasta cordobés deja a un lado esos malos ratos para adentrarse en la promoción de 4 latas, una película largamente soñada que llegará a los cines el próximo 1 de marzo. Además de la ausencia de animales y niños -su presencia es algo común en el cine del realizador-, en esta ocasión no cuenta lo que ocurrió a otros, sino que vuelca su propia experiencia en sus viajes por el desierto del Sahara a través de una comedia de aventuras para la que ha contado de nuevo con el actor francés Jean Reno (Hermanos del viento), además de Arturo Valls, Quique San Francisco y el intérprete hispano libanés Hovik Keuchkerian.

-En unos días comenzará la promoción de su nueva película ‘4 latas’. ¿Le apetece cambiar de registro tras la polémica?

-La verdad es que sí. Es una película que llevo madurando en mi cabeza muchos años y que por fin va a ver la luz. Y eso es muy ilusionante.

-Con esta cinta abandona animales y niños para volver al desierto. De alguna manera, regresa a sus orígenes. ¿Por qué?

-Llevaba ya muchos años con la trilogía de la infancia y la naturaleza (Entrelobos, El faro de las orcas y Hermanos del viento), y quería cambiar de registro completamente y volver a mis orígenes cinematográficos (14 kilómetros o La gran final, que se rodaron en gran parte en el Sahara). También porque este desierto es un lugar que a mí me inspira mucho. Tengo una conexión especial con él, lo he atravesado varias veces por diferentes lugares y mi primer viaje lo hice con un Seat Panda. Siempre me han ocurrido cosas interesantes, divertidas y duras en esos viajes y, de alguna manera, las quería contar en una historia de ficción. De ahí surgió la idea de hacer 4 latas, a lo que me impulsó Jean Reno en el 2014 durante el rodaje de Hermanos del viento.

-Un actor con el que vuelve a contar en este filme. ¿Qué le gusta de Jean Reno?

-Es un gran intérprete, lo admiro desde siempre y nunca imaginé que iba a poder trabajar con una estrella internacional. Tuve la posibilidad de hacerlo, nos hicimos amigos y nos entendemos perfectamente. Y no hay que olvidar sus orígenes. Su padre es de Sanlúcar de Barrameda y su madre de Jerez. Él tenía mucha ilusión de rodar una película en España y en español, algo que no había hecho antes.

-¿Qué hace diferente esta película del resto de sus títulos?

-Además de que no hay ni niños ni animales, no está basada en hechos reales como las anteriores. Esta película se basa en mis experiencias viajando por el Sahara. No cuento la historia de otros, sino mi historia y lo que he vivido en todos estos años en el desierto.

-En ‘4 latas’ ha contado con la colaboración de Netflix. ¿Qué piensa de la polémica que se ha generado en torno a esta plataforma y sus consecuencias para el cine?

-Creo que esto es como el taxi y el cabify. Hay sitio para todos. La llegada de estas plataformas ha agitado el panorama audiovisual, y para bien. Ahora hay muchas más ofertas de trabajo, más posibilidades para que tu trabajo se vea, se tiene la oportunidad de que tu cine se vea en todas partes y lo que ha hecho ha sido disparar la producción. Y no tiene por qué acabar con el cine. 4 latas se verá primero en cine, y al cabo de dos meses pasará a la televisión y la podrá ver mucha gente.

-Todas sus películas han tenido una ‘premiere’ en Córdoba. ¿Hará lo mismo esta vez?

-En esta ocasión no será posible porque la semana que tendré a todo el equipo disponible es la del estreno, y tenemos que estar en Madrid porque hay un montón de compromisos. Solo se podría hacer la anterior, pero no estarían los actores principales.

-La pasada semana comenzó con la renuncia a un premio al documental ‘Dos Cataluñas’. ¿Qué sensación le ha quedado de esta controversia?

-Siento que, de alguna manera, nos han utilizado, y esa es la razón por la que renunciamos al premio. Nos dijeron que Puigdemont solo iba a la gala en calidad de invitado y no iba a participar en ella, confiamos en la organización y, finalmente, entregó el premio y dio un discurso político. Yo me hago muchas preguntas: ¿por qué el expresidente catalán fue a la gala?, ¿quién lo invitó?, ¿sabía Puigdemont que íbamos a ganar?, ¿quién esta detrás de todo eso?

-También se ha creado confusión en torno a quién auspició este documental sobre el conflicto catalán. ¿Cómo y de quién surgió esta idea?

-Cuando oigo que este documental fue maniobra del independentismo, me pregunto por qué llamaron a un director cordobés y a otro de Santander y no a un director afín a ellos. ¿A qué mente retorcida se le puede ocurrir eso? Cuando vimos las imágenes del 1 de octubre y nos dimos cuenta de que los medios internacionales solo emitían esa brutalidad, esa visión, que era lo que algunos líderes independentistas estaban buscando, nosotros vimos que se estaba exportando al exterior una imagen del conflicto sesgada, no se estaba contando la realidad. Álvaro me llamó para hacer este documental, sobre todo para el público internacional. La idea fue nuestra y se la presentamos a Netflix, una plataforma imparcial en este tema, por lo que podríamos contarlo de la manera más neutral y objetiva.

-¿Creen que han conseguido llegar a la verdad de este problema?

-No lo sé. Hay gente que dice que el documental está desequilibrado, pero, si lo está, es porque los partidos independentistas nos dieron muchas más facilidades que los partidos unionistas. El PP no quería que se internacionalizara el conflicto; Ciudadanos nos dio cancha, pero no la que nos ofreció Esquerra y el PDeCAT, porque ellos vieron una oportunidad de poder expresarse y contar su verdad. A la hora del montaje, vimos que teníamos material más rico de los independentistas que de los otros, y hemos intentado equilibrar la balanza.

-Después de haber profundizado en este tema. ¿Confía en una solución? ¿Cómo puede acabar?

-La única solución es el diálogo. No hay otra. Se ha demostrado que con el inmovilismo de Rajoy la cosa empeoró.