David Russell fue el encargado de abrir el ciclo de conciertos de guitarra clásica en la 39 edición del Festival de la Guitarra de Córdoba, el pasado viernes, en el Teatro Góngora. Fiel a su cita veraniega con las cuerdas en nuestra ciudad, su concierto tuvo una buena respuesta del público.

En su repertorio, nos presentó transcripciones de música barroca, con la Suite 7 de G. F. Haendel, en la que imita con la guitarra la sonoridad y los recursos técnicos de un instrumento de tecla, y dos corales de J. S. Bach, siendo uno de ellos el conocido Jesus bleibet meine Freude. Del siglo XIX, eligió a N. Coste para abrir el concierto, con la brillante Introducción y Polonesa, en la que nos dio muestras de su virtuosismo.

Enlazó dos danzas de E. Granados, con los títulos de Triste y Andaluza, arreglos de obras pianísticas en las que el guitarrista deleitó al público con la elegancia y el lirismo de su interpretación. En las dos partes del concierto incluyó obras de A. Barrios Mangoré, con las que nos fue dando pinceladas de un estudio en el que está colaborando, de próxima publicación, con las dedicatorias que iba anotando el público asistente a los conciertos del guitarrista y compositor paraguayo. Así pudimos escuchar Un sueño en la floresta, Julia florida, Valses n.4 y Primavera, Danza paraguaya, y Caazapá.

Por último, dentro de la serie Retratos de S. Assad, ofreció el estreno en España de Phyllis’s Portrait, pieza en la que construye los temas jugando con las letras del nombre, con ritmos y giros brasileños y cercanos al jazz. Interpretó varias propinas, con una camiseta roja de donantes de órganos.