Entrevistamos al «delantero centro» de los Mojinos Escozíos, que así es como se autodenomina Miguel Ángel Rodríguez El Sevilla, que vuelve hoy a actuar en las fiestas patronales de La Rambla, 20 años después. Se atreve a cambiar el nombre al producto emblemático de la localidad, el botijo, eso sí, siempre con el rock ibérico y el humor como señas de identidad.

-¿Cómo surge la formación del grupo?

-¿Por ahí vas a empezar? (ríe). Madre mía... Entonces nos quedan aquí 22 años de entrevista. Es lo que nos gustaba hacer en nuestro tiempo libre, y nos conocimos por Barcelona en 1994.

-¿Con qué disco se queda de todos y por qué?

-Me quedo con el tercer disco, En un cortijo grande el que es tonto se muere de hambre. Es el mejor para los Mojinos Escozíos, el que más nos llena.

-Dice en su estado de whatsapp que está en el gimnasio. ¿Va mucho?

-En cuanto termine contigo voy para allá. Hago crossfit y boxeo. !No te lo creas!, pero practico esos deportes.

-¿Qué sería de El Sevilla sin humor?

-Te aseguro que todo el mundo tiene sentido del humor. Otra cosa es que se me caracterice por eso, pero también tengo mal humor. Procuro no sacarlo a lo largo del día. Hasta el más malaje lo tiene. En nuestro caso, es lo que nos ha hecho tirar para adelante y por lo que se nos conoce. Antes trabajaba en Telefónica, y tenía el mismo ingenio.

-¿Le ha provocado más alegrías que disgustos?

-Hasta ahora alegrías, por supuesto. Los que ponen los límites son los malhumorados, nosotros seguimos teniendo, por suerte, más sentido del humor que los que ponen esas barreras.

-Se cumplen 20 años de su primera visita a La Rambla. ¿Ha aprendido a beber en botijo?

-Si, hombre. Antes de ir a La Rambla ya sabía beber en botijo. Para mí eso no es un botijo, es un búcaro, aunque imagino que no has oído nunca esta palabra. Pero un búcaro y un botijo es lo mismo. Te lo digo yo, que sé beber hasta con una mano y de espaldas en botijo.

-Músico, presentador de televisión y actor. ¿Qué le queda por hacer a El Sevilla?

-Te diría que películas porno, pero ya hice una. Mortadelo y Filemón se llamaba.

-Titula el disco recopilatorio ‘Maduritos y resultones’. ¿Se ven ya mayores?

-No vamos a llamarle Jovencitos y con flequillo. Somos antiguos, no nos consideramos viejos, pero somos viejos. Sería una tontería no reconocerlo. No es lo mismo que cuando empezamos. Pero se puede ser madurito y resultón al mismo tiempo, porque te encuentras a alguno con 30 años con un barrigón y que por la forma de vestir en vez de mi hijo parece mi padre.

-¿Qué hacen para tener el mismo estilo tanto tiempo después?

-Sería insultarme yo mismo. No entiendo a aquellos que empezaron tocando rock and roll y ahora cantan bolero por motivos comerciales. Me dicen que hacemos lo mismo, y yo respondo que qué quieren que hagamos. Si no hiciéramos lo mismo, no seríamos los Mojinos Escozíos. No queremos hacer otra cosa distinta.