Un año y cuatro meses después de presentar Que corra el aire en el Liceu, Luz actúa hoy en el Festival de la Porta Ferrada, de Sant Feliu de Guíxols. ¿Gira de verano? «Y de invierno, y de otoño, y de primavera...», bromea en conversación telefónica, recordando que, en su caso, vida y carrera de artista son una misma cosa. «Parar es un verbo que, aplicado a mi música, me cuesta utilizar».

-Sus conciertos van del rock’n’roll desenfadado de Rufino a una canción latina intimista como ‘Piensa en mí’. ¿Cómo lo hace para que todo encaje?

-He estado en la música toda mi vida, y vivo a través de la música, y eso significa que mi experiencia se convierte en una canción. Y cada una tiene sus características. Los estilos no son una cuestión de identidad. Las canciones para Almodóvar exigían una actitud distinta, y no me preocupó que estilísticamente fueran lo opuesto de otros temas que cantaba. Hay una versatilidad, y luego una curiosidad. Para mí es importante seguir haciendo cosas que me exijan, y aventurarme, aun a riesgo de que puede resultar incluso incomprensible.

-No es muy común una carrera larga como la suya, con éxitos en décadas distintas y grabando siempre discos con canciones nuevas, sin tirar de revival.

-Sé que hay personas en mis conciertos que vienen de mis primeros años, y ahí hay canciones que es casi imprescindible que cante. Pero luego está tu presente. Yo me he despertado hoy para vivir el día de hoy, no para estar pensando en lo que hice hace cinco años. Ni siquiera el día de ayer.

-El primer espaldarazo a su carrera fue la gira con Miguel Ríos y Leño, en 1983. Ahora, Ríos está oficialmente retirado, aunque se permite ciertas excepciones, y Rosendo concluyó su gira de despedida. ¿Es algo en lo que piensa?

-Cuando tienes curiosidad, tienes necesidad de seguir creciendo y aprendiendo. Y yo la tengo tan grande como cuando empecé, o más, porque soy más consciente que antes de los detalles. Así que no he pensado en eso. Estoy pensando más bien en que cuando acabe la gira tendré que volcarme en estudiar armonía.

-¿Pensando ya en un próximo disco?

-Sí, es que lo de la retirada no lo veo, ni en un futuro próximo ni siquiera medio plazo. Aquí por un lado está tu necesidad de hacer cosas y luego que alguien esté interesado en ti. Si eso ocurre, no hay que preocuparse. No estoy cansada físicamente ni, sobre todo, emocionalmente, y no es una cosa que piense. Creo, por otro lado, que el día que suceda lo tendré tan claro que será definitivo.

-¿Cree que ser mujer le ha complicado las cosas a lo largo de su carrera?

-Analizar cómo ha sido mi vida profesional por ser mujer es como redundar en experiencias que ya están sobrepasadas. Y hablo de experiencias durillas. Ahora la mujer en la música está consideradísima, y la prueba está en la cantidad de figuras potentes que hay. Eso me produce una enorme satisfacción, porque no fue fácil. No éramos muchas. Pero he vivido esas dificultades con toda la mano izquierda y la inteligencia de las que he sido capaz, para que ciertas críticas por el hecho ser mujer, en vez de afectarme, me dieran alas.

-Usted está muy cerca de Francia. ¿Qué le pareció el manifiesto de intelectuales y artistas francesas, como Catherine Deneuve, sobre un «nuevo puritanismo» representado por el MeToo?

-Siempre respeto las opiniones de los demás, por contrarias o inexplicables que me resulten. Lo que opino lo expreso a través de la música. Me parece que Catherine Deneuve es una mujer importantísima en el cine francés, pero si ella considera que algo es exagerado es su opinión y no estoy aquí para juzgar.

-La música, la cultura, ¿no están demasiado a expensas de los vaivenes políticos, incluso de ciertos tics sectarios?

-Bueno, no estamos apartados, ni para lo bueno, que es fantástico, ni para lo malo. Siempre hay actitudes mezquinas y te quedas muy perplejo, pero es así.

-Ya le ha pasado otras veces.

-Sí, desgraciadamente (ríe). Si no es por una cosa es por otra.

-¿Por cambios políticos en los ayuntamientos?

-Sí, sí, claro. Y no pertenece a un único ámbito político, es extensible a todos. Ya se sabe, el poder a veces trae como consecuencia actitudes mezquinas. «A mí no me gusta esta tía porque ha dicho no sé qué, y prefiero a otra que esté más en sintonía conmigo». Y es una decisión unidireccional y que afecta a todos.

-Esta gira la mantiene ocupada hasta noviembre. ¿Y luego?

-Me gustaría seguir desarrollando unas letras y unas posibles canciones. Necesito una cierta disciplina, estar en un sitio varios días seguidos, tener un horario y la misma mesa y el mismo piano. Creo que será lo que haga a partir de entonces.