El Molino de San Antonio, que tras muchos años de abandono concluyó su restauración a finales del 2007 y ha acogido distintas exposiciones desde entonces, se abre ahora de forma permanente al público, que podrá disfrutar de las obras del fotógrafo aficionado cordobés Francisco Madrigal. El concejal de Festejos y Medio Ambiente, Rafael Jaén, también dio a conocer ayer la nueva cartelería informativa instalada en el edificio, con la que los visitantes conocerán a fondo el origen, funcionamiento y actividad que tuvo cada uno de los molinos ubicados en las orillas del Guadalquivir. El Molino de San Antonio, que estará abierto toda la Semana Santa, goza de una sala expositiva, en la que, según señaló Jaén, se instalarán de forma periódica distintas muestras. Mientras tanto se pueden admirar las 22 fotografías de Madrigal, que capta imágenes de los once molinos ubicados en las dos orillas del Guadalquivir a su paso por Córdoba, desde Lope García a Casillas, y formarán parte de la decoración del Molino, excepto cuando se exponga alguna muestra temporal.

Madrigal, que recibió el encargo del Ingema, organismo que gestiona el espacio, hace un recorrido por el río partiendo de los molinos de Lope García y de Carbonell, situados en el tramo previo a su entrada en la ciudad. Prosigue por el de Martos, al final del Paseo de la Ribera, por los de la Parada del Puente o del Culeb (Albolafia, Enmedio, Pápalo Tierno y San Antonio), frente a la Mezquita--Catedral, por los de la Parada de la Alhambra (Alegría, San Rafael y San Lorenzo), pasado el Puente de San Rafael, y termina en el Molino de Casillas, fuera de la ciudad, aguas abajo. Para Madrigal es "una gran satisfacción" que su obra cuelgue en este espacio. También se exponen en gran formato las reproducciones de dos conocidas vistas de Córdoba. Una de ellas, realizada por Alfred Guesdon en 1860, muestra la ciudad desde el aire, y otra, desde las inmediaciones de la Torre de la Calahorra, realizada por Antoon van den Wijngaerde, en 1957.