El pintor y artista cordobés Pepe Amate, colaborador del Diario CÓRDOBA, se ha convertido en un referente del mundo de la pintura en la ciudad. Ha celebrado multitud de exposiciones individuales y colectivas a lo largo de todo el país, como Blanco o Negro, Con los pies en el cielo o Millenium, y asistido a ferias como la de Arte de Marbella o Artexpo de Barcelona en el 2001. Hace dos años, realizó el logo con motivo del setenta y cinco aniversario de este periódico y próximamente mostrará en Córdoba la exposición La traición de un sueño.

-¿En qué momento decide iniciarse en el mundo de la pintura?

-Yo empecé con mi tío cuando tenia doce o trece años, y por unas circunstancias como, por ejemplo, que mi padre no entendía que fuera pintor, me desvié por otro camino. Llevo ya veintidós años exponiendo y desde hace dos me dedico exclusivamente a la pintura. También entro en el mundo de la pintura sin ser discípulo de nadie.

-¿En qué se inspira a la hora de pintar?

-Mi fuente de inspiración es siempre el alma. Yo necesito contar cosas. Otras veces me hacen encargos y tengo que cumplirlos, pero las directrices siempre las marcan mi alma.

-¿Cómo se decanta por un estilo pictórico concreto?

-Hay muchísimos estilos y nunca he querido estancarme en ninguno. Lo que intento siempre es ser yo mismo y huir del pincel, que me parece un acto de creación antiguo, y de polarismos. La clave es dejar siempre tu huella y ser tu mismo.

-¿Por qué a la población le cuesta entender el arte moderno?

-En todo el arte, en general, el ser humano quiere mirarse el alma y, de alguna manera, si sigues mirándote al espejo yo creo que abandonas tu alma. Es una forma un poco personal de definir la pintura. No me gusta entrar en esas guerras que discuten sobre arte abstracto, figuración o fotografía. Cada cuadro tiene una historia, un momento, un segundo y hasta un sentimiento.

-¿Está el arte de capa caída en Córdoba?

-Tenemos grandes artistas, no nos podemos quejar. La gente se sorprendería de la cantidad de artistas buenos que hay. Lo que si está claro es que los espacios expositivos en Córdoba son pocos, y ese es el principal problema. Se han perdido también las galerías comerciales, que son muy importantes, ya que a un pintor lo que le interesa es alguien que apueste por él. Nos tenemos que buscar la vida fuera.

-¿Le hubiese gustado dedicarse profesionalmente a la pintura?

-Absolutamente. En mi próxima exposición, por ejemplo, me retraigo a mi infancia. El que nace pintor, muere así. Sin ninguna intención de economizar, solo con la intención de hacer lo que te gusta. Que te sirva para seguir tu medio de expresión, en este caso, la pintura. Es difícil vivir profesionalmente, hoy en día, como artista, pero para mí son gente muy valorable.

-¿Está trabajando actualmente en algún proyecto?

-Actualmente he diseñado tres etiquetas para tres botellas de vino, y pronto se publicará. He terminado la colección de La Taberna de Santi e, independientemente de los pequeños encargos, me he presentado a un premio de pintura hace seis días y me estoy preparando para otro. Con lo que estoy ahora muy ilusionado es con mi próxima exposición, La traición de un sueño, que realizaré en Córdoba próximamente.