La editorial sevillana Renacimiento ha recuperado la obra periodística del escritor cordobés Juan Rejano (Puente Genil, 1903-Ciudad de México, 1976) en su etapa malagueña. Bajo el título de Periodismo, política y cultura en la Segunda República (1931-1936), Fernando Arcas y Luis Sanjuán han coordinado la edición de la publicación en la que se recoge una selección de sus artículos publicados fundamentalmente en los diarios Amanecer y El Popular. Los dos investigadores llegan a calificar a Rejano como «la persona central de la vida cultural de la ciudad de Málaga en la Segunda República» y una de las «trayectorias personales clave para entender la vida periodística, intelectual y cultural republicana en Andalucía y en la España de esa época». Los dos autores del estudio introductorio resaltan que Rejano «combina la independencia crítica del periodismo moderno y de información y el compromiso político con el gran proyecto cultural de regeneración de España». Pese a esto, Rejano no duda en cuestionar las limitaciones de la Segunda República en políticas sociales y plantea, frente a una República liberal, una República social.

El 12 de julio de 1932 escribía en las páginas de El Popular sobre la violencia. Sus palabras eran síntesis de lo que estaba sucediendo ya y lo que estaba por llegar: «La violencia anda, desde hace tiempo, dando tumbos por las calzadas de España. Se asoma a las ciudades, bulle por los pueblos. Hasta en los lugarejos innominados deja su fuerte huella luctuosa». Tres días después, el 15 de julio, insistía ante la sinrazón de la pasión: «La vida nacional española ha llegado a un punto de grave trascendentalidad -acaso el más grave que se haya conocido- con el que todos los hombres responsables y conscientes tenemos la obligación de encararnos, unos con su simple voz revalorizadora de viejas virtudes, y otros, con su brazo enérgico y decidido, para poner un límite, una barrera, a la encrespada corriente de las pasiones». Tres días después se produjo el golpe militar. En julio se afiliaría al PCE. Tras abandonar España, en 1939 se exilió definitivamente a México.