David Russell, que estos días combina su faceta como concertista y la de profesor en un curso de guitarra en Córdoba, subió ayer al escenario del Teatro Góngora para demostrar una vez más en este festival la calidad, limpieza y técnica con la que hace hablar a su guitarra clásica. Con el aliciente especial de combinar la mirada a siglos pasados y a la música celta.