El conjunto hallado tras el descubrimiento del gran pórtico del lado oriental de la Plaza de Armas de Medina Azahara aún ofrece dudas sobre su uso y utilidad, según señaló este martes el investigador del Instituto Arqueológico Alemán Felix Arnold, codirector del proyecto junto a Alberto Montejo, responsable del conjunto arqueológico, durante la conferencia que ofreció ayer en el centro de recepción de visitantes de la ciudad palatina, en la que desgranó los hallazgos fruto de esta campaña arqueológica, que ya se avanzaron en el mes de julio.

La investigación del límite oriental de la gran plaza dio como resultado el descubrimiento de los restos de un gran pórtico, en cuyo centro se halló una entrada a un conjunto cuya función se desconoce y ahora se estudia. Según Arnold «puede ser otro palacio o un edificio dedicado a la administración de la ciudad» y, tras el estudio de la puerta, «de una anchura de más de tres metros», ahora se analizan los fragmentos hallados en ella, coronada por un arco que abarcaría todo el pórtico y decorado con columnas pintadas en rojo y negro, así como con atauriques. Y ese material fue presentado durante esta ponencia, en la que también intervino Montejo, que explicó la gran importancia que ha tenido esta investigación del Instituto Arqueológico Alemán, que abre nuevas vías de investigación, así como Alberto Canto, director de la excavación.

En su conferencia, Arnold señaló que esta puerta «es la entrada a ese conjunto desde dicha plaza», cuyo acceso, probablemente, «esté en el lado sur», por lo se valora que la Plaza de Armas «se constituye como un gran espacio entre dos conjuntos, el palacio, al oeste, y este conjunto, al este».

Durante los últimos meses, la investigación se ha centrado en el estudio de los materiales hallados en la excavación, entre ellos los fragmentos de la puerta y material de cerámica y metal. «En este año hemos encontrado clavos de esa puerta y diverso material», concluyó el experto, cuya investigación forma parte de un proyecto que se prolongará hasta 2021 que cuenta con la financiación del Instituto Arqueológico Alemán y la colaboración de la Universidad Autónoma de Madrid.