El sacerdote Fernando Cruz Conde y Suárez de Tangil pronunció ayer su discurso de ingreso como académico numerario de la Real Academia de Córdoba. Bajo el título Poder espiritual y poder terrenal , Cruz Conde se centró en tres aspectos de la vida y trayectoria del Obispo Osio: el Edicto de Milán, "que marca un hito en el inicio de la libertad religiosa"; el Concilio de Nicea, "en el que él interviene muy significativamente estableciendo la definición del dogma de la Trinidad"; y, por último, una carta que escribió al emperador "en la que cita por primera vez lo de 'dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios'". A partir de estos tres acontecimientos, Cruz Conde se adentró en algunos aspectos de las relaciones entre religión y política, Iglesia y Estado, un binomio que ha permanecido a lo largo del tiempo "en la historia del mundo y en todas las sociedades". Para ello, el sacerdote recordó al teólogo protestante Rudolf Karl Bultmann, que decía que "es posible un estado no cristiano, pero no un estado ateo y, de hecho, cuando se ha intentado cambiar, al final se ha sustituido una religión por otra".

"Los bolcheviques, nazis o fascistas intentaron sustituir la religión cristiana por otras que se denominaron religiones políticas", continuó Cruz Conde, para el que "lo más importante" es el hecho de que el eje de las relaciones entre el Estado y la Iglesia es la libertad religiosa, como establece el Concilio Vaticano II, "pero hay que entender bien esa libertad religiosa, cuya otra cara de la moneda es una laicidad positiva, en la que no se excluye la religión del ámbito público".

Fernando Cruz Conde reconoció que llegó a este discurso guiado por un interés en el Obispo Osio, "posiblemente el cordobés más internacional, puesto que con sus palabras han rezado a lo largo de todos los siglos millones de cristianos en el mundo entero". Por otro lado, "es el primero que habla de la separación entre el poder espiritual y el terrenal y supone el inicio de la libertad religiosa como nosotros la entendemos", explicó el sacerdote, que subrayó que "la separación entre estos poderes es un límite al poder mismo".

Como "un honor muy grande e inmerecido" calificó Cruz Conde su ingreso en la Academia, donde ayer vivió un momento muy emotivo al usar la medalla de académico de honor que se le concedió a su padre, el que fue alcalde de Córdoba Antonio Cruz Conde.

LA MEZQUITA CATEDRAL El sacerdote también consideró "una gran felicidad" ser el párroco en cuya demarcación parroquial tiene su sede la Academia, una institución "de pensamiento y de diálogo que aporta a la sociedad todos los conocimientos que tiene". En otro orden de cosas, Fernando Cruz--Conde se pronunció en torno a la polémica sobre la titularidad de la Mezquita Catedral señalando que, desde sus conocimientos de Derecho, algunas cosas de las que se han dicho son "absolutamente disparatadas" porque "no tienen fundamento jurídico alguno". A su juicio, está muy claro que la titularidad es de la Iglesia "y lo ha sido durante ocho siglos", asegurando que su uso es público. "La catedral está abierta a la sociedad de Córdoba en muchas ocasiones", dijo recordando que próximamente se celebrará en el Patio de los Naranjos uno de los espectáculos de la Noche Blanca del Flamenco o que recientemente fue escenario de un concierto de piano en homenaje a las víctimas del 11--M y del tsunami de Japón. "La Catedral siempre ha estado al servicio de la ciudad de Córdoba", dijo.

En cuanto al interés del mundo cofrade por llegar a la Catedral en Semana Santa, explicó que "no tiene mucho sentido no ir a la Catedral" ya que es una manera de expresar que la hermandad está "en comunión" con el Obispo, algo que "es importantísimo". "Está lleno de sentido que las cofradías quieran hacer estación de penitencia en la catedral", concluyó.