Dos de los galardonados con la Espiga de Honor 2017 de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), el director mexicano Arturo Ripstein y la actriz española Marisa Paredes, reflexionaron ayer sobre los prejuicios de género en el mundo del cine, además de abordar sus «miedos» profesionales.

Con una gran complicidad entre ellos, acostumbrados a compartir momentos vitales sobre el escenario, charlaron en rueda de prensa sobre toda una vida dedicada al mundo del cine, donde los miedos «se suceden una y otra vez». «En el cine siempre te asaltan las mismas dudas una y otra vez», manifestó la madrileña y una de las musas del director Pedro Almodóvar, una reflexión que contó con el apoyo del director mexicano, quien definió su carrera como una «innovación constante», como la que introdujo allá por el año 2000 al convertirse en el primer realizador latinoamericano en grabar en formato digital.

Enmarcada en una presente edición de la Seminci en la que nueve de las veinte películas que conforman la sección oficial han sido dirigidas por mujeres, tanto el director como la actriz abordaron las diferencias de género aún presentes hoy en día en el mundo del cine y que provoca que “aún hoy a las mujeres se les exija mucho más que a los hombres», lamentó Paredes. Unos argumentos que Ripstein hizo suyos, aunque él precisó que no cree necesario realizar una distinción entre películas hechas por mujeres o por hombres, ya que «el cine lo hacemos todos, no importa el género o lo que tengamos entre las piernas», sostuvo el mexicano, quien recordó que su guionista de cabecera es Paz Alicia García Diego. Tampoco dejó la oportunidad Paredes de criticar las «repugnantes» noticias sobre abusos sexuales en Hollywood y que atañen al director Harvey Weinstein. EFE