Casi un 40% de los españoles no leen libros o leen «poquísimo» en su tiempo libre, según el Barómetro de Hábitos de Lectura que, no obstante, pone de manifiesto que los lectores han crecido moderadamente en el último año hasta situarse en el 61,8 % de la población. La Federación Española de Gremios de Editores de España (FGEE) ha presentado este estudio, un termómetro de la situación de la lectura en España, en un acto al que ha asistido el ministro de Cultura y Deporte, José Guirao, que hizo una valoración positiva de este aumento, aunque ha indicado que «queda mucho por hacer». «La lectura no está consolidada, el hábito lector está por debajo del nivel de progreso de España y de la posibilidad de acceso a la cultura», indicó el presidente de FGEE, Miguel Barrero, que dijo que se trata de un «problema país».

La falta de tiempo sigue siendo el principal argumento de los no lectores para explicar su falta de hábito (49,3%), ha indicado Barrero, que ha destacado la necesidad para realizar políticas específicas para los segmentos de la población que tienen más déficit de hábitos lectores. Así, ha recalcado la necesidad de poner en marcha medidas para evitar la deserción «espectacular» de la lectura a partir de los 15 años o las desigualdades que se producen entre el sur de España, con menor índice, y el centro y el norte.

Casi todas las comunidades autónomas mejoran sus índices de lectura. Sólo Extremadura y País Vasco registran un retroceso y La Rioja y Cantabria mantienen sus cifras. El estudio destaca también que existe un mayor porcentaje de lectoras de libros en tiempo libre que de lectores en todos los grupos de edad, con más de un 67 por ciento. Asimismo, durante el pasado año ha crecido el número de lectores de libros en soporte digital hasta el 23,2% (6% solo lee en formato digital y el 17,2% lee en ambos formatos).

Respecto al perfil del lector digital, se muestra que es más intensivo, lee una media de 13,2 libros al año, frente a los 11,2 del lector que sólo lee en papel. Para Guirao, la «bondad» de los datos sobre el aumento de los lectores no debe nublar el análisis crítico de la situación de la lectura en España, ya que, ha dicho, más de un 38% no lee en ninguna circunstancia y eso «es un problema muy grave sobre el que hay que trabajar». El primer gran esfuerzo, dijo el ministro, debe ir hacia esas capas de no lectores, que tienen también que ver con la diferencia entre el medio urbano y rural y el acceso a bibliotecas.