Me siento muy feliz, contento y honrado de que me hayan concedido este premio tan importante», decía a primera hora de la tarde de ayer a este periódico el jurista cordobés Santiago Muñoz Machado (Pozoblanco 1949), al que el Ministerio de Cultura y Deporte ha concedido el Premio Nacional de Historia 2018 por su obra Hablamos la misma lengua. Historia política del español en América. Dotado con 20.000 euros, no es el primer Nacional que recibe el experto en Derecho Público y Administrativo, que en el 2013 fue galardonado con este mismo premio en la categoría de Ensayo. «Eso de reunir dos reconocimientos nacionales tan distintos es realmente una cosa singular», señaló Muñoz Machado, mostrando su «agradecimiento» al jurado, que ha elegido esta obra por «ser una historia política del español en América, desde la conquista a las independencias, y una obra centrada en el papel de la lengua española en la construcción de un espacio cultural y un mundo institucional que se fue gestando y desarrollando en los siglos de presencia española, para afirmarse con las repúblicas independientes»

«La obra que se ha premiado es un libro que me ha costado un esfuerzo enorme hacer, ya que lo que se cuenta ahí es la primera vez que se escribe de un modo sistemático y ordenado», señaló el jurista, que matizó que esto no quiere decir que «todas las partes del libro sean absolutamente originales, porque sobre algunos aspectos de los que se habla ya se habían referido otras monografías», aunque no de «un modo tan completo», arrancando desde la llegada de Colón a las Indias y concluyendo al final del siglo XIX, cuando ya están consolidadas las independencias americanas. En cuanto a la valoración personal de este galardón, Muñoz Machado reconoce que, «si los esfuerzos personales, al final, son reconocidos, es algo estupendo», aunque también hizo hincapié en que «los que escribimos lo hacemos por el gusto de escribir, sin esperar ninguna otra compensación, aunque si la obtienes es, obviamente, muy bonito».

El pozoalbense goza de numerosos premios y reconocimientos a lo largo de su carrera, lo que «agradece» a cada una de las personas que han tenido que ver en ello, pero no puede «jerarquizar» sus galardones.

HABLANDO DEL ESPAÑOL// «Tengo premios que me gustan mucho, como el Doctor Honoris causa por la Universidad de Córdoba o el reconocimiento que supone ser miembro de la Real Academia española», pero estos premios nacionales se dan a «una obra concreta». En en caso del Nacional de Ensayo se debe a «un libro más breve y con menos fundamentación bibliográfica que ninguno de los que he escrito, pero era un libro bastante desgarrado, en el que contaba cómo veía a España en ese momento y las cosas que creía que se deben hacer y no se hacen, es un tipo de literatura muy distinta al ganador del de Historia», que es un volumen «que no renuncia a la máxima erudicIón posible, es decir, a contar con todos los fundamentos y apoyos bibliográficos». Por otro lado, el abogado cordobés reconoce haber sentido «una gran emoción» al escribirlo, porque «al fin y al cabo estoy hablando de la lengua española, que es el tesoro más importante y el bien cultural más relevante que tiene España».

El jurado de este premio ha estado presidido por Olvido García Valdés, directora general del Libro y Fomento de la Lectura, y como vicepresidenta Begoña Cerro, subdirectora general de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas.

Asimismo, han actuado como vocales, a propuesta de la Real Academia de la Historia, Pilar León-Castro; por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Begoña Lolo Herranz; por la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, Araceli Mangas; por la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, María del Carmen Sevilla; por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), Eloísa Ramírez; por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), Rosa Solbes; por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Carmen Ortiz; por la Asociación de Historia Contemporánea (AHC), Alicia Alted; por el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales (CEPC), Marta Lorente; y por el Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad Complutense de Madrid, Marta del Moral.