El segundo Festival de Circo Contemporáneo de Córdoba (CirCO) se inauguró ayer en diferentes espacios y con varias actuaciones. Este festival está organizado por la delegación de Cultura del Ayuntamiento y se desarrollará hasta el próximo 10 de septiembre.

La primera cita tuvo lugar en el Bulevar del Gran Capitán, donde se llevó a cabo un taller de teatro por la tarde. Muy animado, consistió en un circuito de actividades circenses como malabrares, actividades aéreas, monociclo, etcétera. En total, cuatro monitores encargados de supervisar las diferentes disciplinas vigilaban a pequeños y mayores mientras intentaban practicar sus habilidades para poder parecerse a cualquier miembro de un circo. Este primer espacio lo llevó a cabo la compañía cordobesa Alas Circo.

Después, una vez caída la noche, sobre 21.00 horas, comenzó un pasacalles que salió de la puerta del Gran Teatro, se paseó por la calle Cruz Conde y desembocó en la Plaza de las Tendillas. Un grupo de acróbatas, gente en monociclo o bolas de equilibrio y malabaristas abrían el desfile, seguidos por una rueda de cinco metros gigante de la que se iba colgando gente a medida que la comitiva avanzaba. En la cola, cerraba un vehículo con música en directo, que amenizó todo el trayecto de estos hábiles circenses. En total 14 interpretes procedentes de la compañía Nómadas Kambahiota. Para finalizar la primera jornada, a las 22.00 horas, en un escenario situado en la concurrida plaza de la Corredera, lugar en el que se sucederán actuaciones tanto hoy como los próximos días hasta la terminación del festival, hubo una propuesta llamada Ludo Circus Show y en la que siete artistas de circo y un pianista mostraron al público un espectáculo de teatro y danza sobre el mundo de los niños y el juego y su relación con el teatro. El público fue participe de una variedad de acrobacias y malabares, a la vez que los personajes se relacionaban entre sí mostrando las peleas y «piques» típicos de una pandilla de niños. Juegos tradicionales como el escondite, tú la llevas o las sillas llevaron a los asistentes a su tierna infancia.