Con su mágica puesta en escena, el jueves próximo llega al Gran Teatro de Córdoba la bailaora Sara Baras con Sombras, el espectáculo que ha creado para celebrar el veinte aniversario de su compañía. Este montaje tiene como hilo conductor la farruca, un baile flamenco más propio del hombre que de la mujer y que ha acompañado a la artista gaditana durante estas dos últimas décadas, con el que ha cosechado inumerables éxitos y bajo cuya sombra ha vivido esa evolución constate que la ha llevado a ser lo que es hoy. «Orgullosa» de su equipo y de «no haber bajado la guardia nunca», la bailaora rememora ahora las sombras que la han marcado, pero dándole un aire nuevo con una singular escenografía, en la que la pintura es protagonista y qu etambién cuenta con grandes colaboradores, como el violinista Ara Malikian.

-Con ‘Sombras’ celebra nada menos que 20 años de trayectoria. ¿Qué siente cuando mira atrás?

-Me siento muy orgullosa de no haber bajado la guardia nunca, de tener un equipo que se entrega al cien por cien y, por supuesto, muy agradecida al público, porque gracias a él nosotros podemos seguir soñando y haciendo soñar. Además, esto es una compañía privada que se mantiene del público. Cuando miro atrás, también me llama la atención el paso a paso que ha ido teniendo la compañía, creciendo poco a poco y, sobre todo, manteniendo la misma ilusión.

-Hace dos décadas se vistió de hombre en el escenario para hacer un baile de hombre. ¿Fue un riesgo del que salió libre?

-Sí. Creo que fui muy valiente y lo hice con mucho respeto y amor. Para mí, la farruca es un baile muy especial, siento que tiene tantos riesgos que me hace crecer a diario. No sé si hoy hubiera sido capaz de hacerlo, pero, al traerlo desde tan joven, creo que tiene una evolución y una historia dentro maravillosa. Y me alegro mucho de haberlo hecho. Cuando era niña, era un baile que solo lo interpretaban los hombres, pero yo me siento más femenina bailando por farruca que en otros bailes más de mujer.

-Ahora celebra con este montaje todo ese recorrido. ¿Con qué se va a encontrar el espectador? ¿Quiere lanzar algún mensaje?

-Creo que transmite una energia muy positiva que sale de la unión, desde José Serrano a Keko Baldomero, pasando por Ara Malikian o Andrés Mérida. Hay un gran equipo y muchos colaboradores que hacen que este Sombras sea un montaje especial y positivo. Y el mensaje que tiene es poder disfrutar de estos 20 años recordando sombras que me han marcado, pero dándole una lectura nueva.

-¿Por qué elige la farruca como hilo conductor de este espectáculo?

-La farruca es la sombra que más me ha acompañado. Es en la que más noto la evolución, y quizá sea por eso, porque es algo que tenía mucho riesgo y me marcó. En Sombras vamos viajando por todos estos años cambiando de texturas, de ritmos y colores e, incluso, esa fusión entre lo muy tradicional y lo de hoy. Es un palo del flamenco muy antiguo, pero interpretado por una artista muy de hoy.

-Cada uno de sus espectáculos incluye algún elemento distinto. ¿Qué innovaciones veremos sobre el escenario?

-En esta ocasión la innovación está en la pintura del garabatista Andrés Mérida, un pintor gaditano maravilloso del que utilizamos solo sus garabatos basados en nuestro baile, creando un juego de sombras al que ayuda la iluminación y el vestuario.

-También ha contado con la música de Keko Baldomero. ¿Cómo es?

-Es una música espectacular que fusiona el respeto a lo de antes, tocando palos muy antiguos, pero hecho con la frescura de un músico de hoy.

-Y con Ara Malikiam.

-Así es, aunque en esta ocasión lo hará en play back. Él creó uno de los números, que es una belleza, y he contado con él porque también forma parte de esta compañía los momentos con Ara.

-¿Sigue siendo Córdoba una plaza especial para usted?

-Sí. Yo bailo en Córdoba desde que era muy pequeña, cuando mi nombre no significaba lo mismo que ahora, y eso se te clava en el corazón. Esas personas que te ayudan desde el principio. Y después, por José Serrano, mi marido, que es cordobés y un enamorado de su tierra y de su gente. Para él, bailar en Córdoba cada dos años es un regalo.

-Y con José Serrano baila usted un vals en este montaje.

-Así es. Bailamos el Pequeño vals vienés, de Leonard Cohen, con la letra de Lorca interpetada por Israel Fernández. Y es un regalo poder interpretar ese paso a dos, que para nosotros significa recordar la cantidad de pasos a dos que hemos hecho juntos durante todos estos años. Y tengo mucha ilusión de hacerlo en Córdoba porque en este espectáculo hay muchos momentos de una profundidad muy especial y flamenca.

-Como mujer al frente de una compañía, ¿con qué obstáculos se ha encontrado?

-Ninguno. He tenido la suerte de crecer rodeada de un equipo de gente que nos valoramos por lo que somos, independientemente del sexo.

-¿Qué piensa del momento feminista que vivimos?

-Hay que defender la igualdad de la mujer siempre. Y en el flamenco ha habido mujeres maravillosas que no se han realizado como los hombres. Pero a mí, afortunadamente, no me ha tocado vivir esa época.