El grupo de ciudades españolas Patrimonio de la Humanidad abordó ayer durante su asamblea general, celebrada en Santiago de Compostela, la «problemática» de las agresiones al patrimonio, que deben ser afrontadas a través de la «concienciación» ciudadana y no con «medidas coercitivas», que no solucionan el problema del vandalismo.

Así lo señalaron los representantes de las ciudades en la rueda de prensa posterior a la asamblea general, en la que acordaron conceder el Premio Patrimonio 2019 a la red Paradores, con el objetivo de poner en valor los «90 años de historia» de la marca. El grupo entregará el galardón el próximo otoño en la ciudad de Ibiza, como informó el presidente del grupo y alcalde de Cuenca, Ángel Mariscal.

Mariscal confirmó que, a petición del regidor anfitrión del evento, Martiño Noriega, durante la reunión se abordó la «problemática» del vandalismo que padecen las quince ciudades del grupo, con «agresiones al patrimonio» a las que hay que hacer frente fomentando el «civismo» entre los ciudadanos y no con el aumento del control mediante cámaras de grabación, ya que únicamente dos de las ciudades -Santiago y Salamanca- cuentan con una red de videovigilancia más allá de las cámaras de tráfico.

La proliferación de pisos turísticos fue otro punto abordado, pero sobre el que no se pudo sacar una postura conjunta ante las diferentes características que presentan los municipios que conforman el grupo, que son Córdoba, Alcalá de Henares, Ávila, Baeza, Cáceres, Cuenca, Ibiza, Mérida, Salamanca, San Cristóbal de la Laguna, Santiago de Compostela, Segovia, Tarragona, Toledo y Úbeda.

En la reunión de la asamblea general también se dio el visto bueno a la modificación de los estatutos y a la aprobación de un nuevo reglamento económico.