Al no compartir las formas en que se ha realizado el cese de Juan Antonio Bernier como gerente de la Fundación Botí, ni comprender la pertinencia de dicho cese desde una perspectiva de la programación cultural de la fundación», cinco miembros de la comisión técnica de esta institución -Jesús Alcaide, Fran M.M. Cabeza de Vaca, Xosé Garrido, María Jesús Gómez Garcés y Jacinto Lara- han planteado su dimisión, según señalan en un comunicado. Por otro lado, Pablo Rabasco, miembro del consejo rector de la fundación, también ha presentado su renuncia tras los hechos acontecidos en lo referente al cese del gerente de la Fundación Botí.

En el comunicado, estos miembros de la comisión técnica inciden en su desacuerdo con la decisión tomada por el consejo rector, a instancia de la presidenta, Marisa Ruz, de cesar de su cargo a Bernier de manera unilateral, y consideran que su «ausencia socava el peso cultural de dicha fundación, ya que nuestro comité técnico nunca ha tenido capacidad de decisión final en las líneas de programación de la misma». De esta manera, añade la nota, «la decisión sobre la programación cultural quedará en manos de técnicos y representantes políticos».

En cuanto a la dimisión de Rabasco, este señala a través de una nota que «no estuve presente en esa sesión por estar convaleciente por prescripción médica», a la que se le convocó solo media hora antes. Por otro lado, subraya que «de forma inmediata y antes de que comenzara la sesión escribí en dos ocasiones pidiendo explicaciones, información y tiempo para que el consejo pudiera sospesar debidamente esta decisión tan importante para la propia fundación, mediante un debate sosegado y maduro».

Respecto a lo que Ruz señaló acerca de que el perfil de Bernier no se adapta al puesto y sus necesidades, «yo mismo, en el consejo rector que ratificó la contratación de Juan Antonio Bernier expuse la enorme potencialidad de contar con Bernier al frente de la gerencia, a la vez que señalé que su perfil necesitaba apoyo en las tareas de gestión», continúa Rabasco en su comunicado, añadiendo que «la presidenta conocía el perfil, las opiniones del consejo y respaldó de forma decidida este nombramiento». Por último, Rabasco asegura que comunicó que «para las tareas administrativas», la fundación «debería haber contratado dentro de su RPT un perfil de administrativo antes de cesar a su gerente». «Sobre todo, continúa, estoy en profundo desacuerdo con las formas». Por su parte, Marisa Ruz manifestó a este periódico que se siente «tranquila» sobre la decisión tomada, ante la que se ratifica «para salvaguardar los intereses de la fundación».