Carlos Santana, que dejó por un instante la guitarra para ser productor de un documental sobre la legendaria activista Dolores Huerta, conserva a sus 70 años el misticismo que le hizo único y asegura que sigue trabajando como un joven para que «la luz del amor» cambie «la oscuridad del miedo». «Nada me da más fuerza que, como dicen en la calle, fajarme los pantalones contra la oscuridad. Eso me da vibra. Tengo setenta años en mi cuerpo, pero en mi espíritu siento como que tengo diecisiete y estoy listo para fajarme», asegura el carismático músico latino.

Dolores es el título del documental que Santana (Autlán de Navarro, México, 1947) ha producido sobre Dolores Huerta, toda una figura dentro de la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos y que, junto a César Chávez, lideró las protestas del movimiento chicano y por los derechos de los agricultores latinos desde los años 60. Bajo la dirección de Peter Bratt, hermano del actor Benjamin Bratt, Dolores se estrenó el año pasado con el aplauso de la crítica y el próximo martes, 27 de marzo, llegará a la televisión estadounidense en la cadena PBS. «Yo nunca pensé en hacer esta transición (de la música al cine). Lo que pasa es que lo natural para mí es ofrecer mis servicios a la reina de la luz», argumenta Santana al referirse con devoción a Huerta, de 87 años. Tras desembarcar muy joven en San Francisco (California), Santana dio sus primeros pasos musicales dentro del grupo Santana, banda crucial de la fusión del rock psicodélico y de los sonidos latinos, y al mismo tiempo entró en contacto con la contracultura hippie y con el movimiento chicano, en el que Huerta era toda una referencia.

«Es una cosa muy normal, natural, usar esta energía, a la que la gente le dice dinero, para hacer una ofrenda de amor a nuestra reina. Ella es mi reina: de igualdad, de justicia, de integridad. Es muy importante para mí que más y más seres humanos sepan quién es ella, especialmente la gente latina, porque no saben», indica.

Huerta, que recibió en el 2012 la Medalla Presidencial de la Libertad de Estados Unidos, fundó junto a Chávez el sindicato conocido hoy como Unión de Campesinos (UFW), y el ejemplo de su incansable activismo quedó reflejado en su famoso lema ‘sí, se puede’. «Ella fue la que inventó lo de ‘sí, se puede’ porque mucha gente se raja, se echa para atrás. Pero ella no se echa para atrás, se echa para adelante», señala. «Gracias a Dios tuve la oportunidad de compartir con ella los mismos principios de cómo protestar las injusticias, con ella y con el otro maestro, César Chávez», recuerda Santana.

El músico también explica de dónde le viene el compromiso social. «Mi madre y mi padre nos enseñaron que es importante sentir el dolor ajeno. Uno se viene acá (a Estados Unidos) para mejorarse, claro, y cuando uno se empieza a parar (levantar) es importante ayudar a otras personas a que no sufran y tengan más posibilidades y oportunidades para triunfar».

Cada vez que Santana habla de Huerta, que a sus 87 años continúa con una actividad asombrosa en diferentes causas, lo hace para dedicarle piropos. «Representa un puente de futuro para todas las mujeres. Ella es como Bob Marley, como John Lennon, como Martin Luther King».