'Doña Rosita la Soltera o el lenguaje de las flores'

Autor: Federico García Lorca.

Compañía: La Vidriera Teatro.

Reparto: Pilar González, Fedra Lucía Martínez, Ana María García (Anamarga), Javier Carmona, Pura Mayorgas, Rebeca de Diego, Demetrio Beñoz, Cristina Moreno, Beatriz Molinero, Marta Riaño y Juan Antonio D. Recasens.

Dramaturgia y Dirección: Vicente Ubeda.

Lugar: Sala Duque de Rivas de la Escuela Superior de Arte Dramático.

Coincidiendo con el Día Mundial del Teatro la compañía cordobesa La Vidriera Teatro se presentó en Córdoba con el estreno de la obra de Federico García Lorca Doña Rosita la Soltera , bajo la dirección y dramaturgia de Vicente Ubeda. Dicha obra es un drama que juega con un amor no correspondido, que se desarrolla en la distancia y el tiempo.

La propuesta que nos presenta Vicente Ubeda es interesante, qué digo, muy interesante. Juega en su dramaturgia con el texto lorquiano, introduciendo unos fondos musicales muy acertados y unos números de danza que ayudan a subrayar el clímax dramático a unos niveles impresionantes. Todo parte de la simplicidad, de la síntesis, en un escenario casi vacío apoyado con un panorama de fondo donde la imagen de la Alhambra proyecta las influencias granadinas. Unas cortinas, las yedras que cuelgan, un gran visillo, una mecedora, una pequeña silla y una mesa son los que conforman la escenografía acompañado de un acertado ambiente luminoso.

Actores y actrices demuestran su capacidad interpretativa y aportan a la obra el punto justo de intensidad. A modo de pincelada, hay que recordar la intensidad dramática de Pilar González y Rebeca de Diego compartiendo el personaje de Rosita, joven y mayor, Fedra Lucía es la Tía que vivirá todo el conflicto y muestra a la vez dramatismo y entereza al lado de Javier Carmona, el Tío, que aporta la serenidad precisa en cada momento; Demetrio Beñoz es el novio en este montaje lleno de lirismo, Pura Mayorgas compone un Ama llena de humanidad, a la vez que Anamarga da a Rosita el sentimiento del baile junto a las Manolas: Cristina Moreno, Beatriz Molinero y Marta Riaño; Recasens hace un don Martín entrañable y muestra que no hay papel pequeño. Lo que entre todos consiguieron fue lo más importante en este tipo de manifestaciones artísticas: Armonía.

Lo llamativo de este montaje es que introduce a dos actrices y una bailaora que representan al personaje de Doña Rosita, las dos primeras uniéndolas en el tiempo y esta última fundiendo e inundando el escenario con sus bailes: el amor perdido, abandonado, engañado... El escenario se llena y se consigue un maridaje precioso entre el lirismo lorquiano y la sensibilidad del director. Magnífica la plasticidad conseguida al final de la primera parte de la función que llega a poner los pelos de punta.

A los que amamos el teatro, el tiempo viendo una obra no nos importa, pero tal vez con diez minutos menos de función quedaría mejor. Y se debe mejorar, posiblemente son cosas del estreno, el volumen del espacio acústico de los efectos especiales.

En definitiva: un gran espectáculo, que con el tiempo, como el vino, alcanzará la perfección.