No sabe si aún vive ni dónde, pero eso no es obstáculo para el reconocido artista holandés Jan Banning, que estos días busca en Córdoba al protagonista de una fotografía que realizó en su primera visita a la ciudad, en 1981, un zapatero artesano al que le falta una pierna y captó con su cámara en su establecimiento, «cerca de la Mezquita Catedral», y de cuya historia quiere hacer ahora un documental que forme parte de una exposición que sobre su trayectoria realizará próximamente en La Haya. Una instantánea que marcó el inicio de su exitosa carrera y ha obsesionado a Banning durante los últimos 37 años.

«Yo apenas sabía español entonces y era muy tímido, pero ya me interesó mucho su aspecto, la decoración, en definitiva, su historia», dice mientras baja por la calle Capitulares con su equipo detrás en busca de pistas que le lleven a conocer «todo lo posible» de la vida de ese zapatero que decoraba su lugar de trabajo con fotos de vírgenes y santos, a la vez que con calendarios con mujeres mostrando sus pechos, muy típicos de la época. ¿Cómo se llama? ¿Cómo ha perdido su pierna? ¿Quién era? ¿Está vivo aún? Estas son algunas de las preguntas para las que busca respuesta este artista, al que siempre le han interesado los temas relacionados con la sociedad, la justicia, la injusticia o los conflictos bélicos, especialmente la guerra civil española. Ayer, en su primera jornada de investigador, ya comenzó a vislumbrar algunos aspectos sobre él. Y lo hizo en Curtidos Varo, el establecimiento de la calle Alfaros dedicado a artículos de cuero y que durante aquellos años suministraba material a prácticamente todos los zapateros de la ciudad. Al otro lado del mostrador, José Varo, uno de los responsables de la tienda, habla de él ante los ojos chispeantes de Banning.

«Yo era muy pequeño, pero lo recuerdo perfectamente. Se llamaba Manolo, pero le decían El Cojo, trabajaba muy bien y tenía unos ojos azules muy llamativos», recuerda Varo, que reconoce desconocer cómo perdió la pierna, una de las obsesiones de Banning, incluso si aún vive; pero sí dio un dato importante al artista: vivía en la calle Rey Heredia. Y hacía allí se encaminó el equipo de Banning, que seguirá trabajando en esta búsqueda hasta el domingo, esperando poder obtener y grabar todos los datos posibles sobre el protagonista de la «primera fotografía representativa de mi trabajo, de mi filosofía artística», y al que comenzó a dedicarse justo después de captar esta imagen.