El actor Rafael Álvarez El brujo defendió ayer el valor unificador de la palabra para combatir a las «fuerzas de la división» que se aprecian en la sociedad y en la política española. Así lo puso de manifiesto con motivo de la presentación de su montaje Dos tablas y una pasión, con el que regresa al Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro.

Así, en este nuevo montaje hilvana textos de grandes autores del siglo de Oro, como Lope de Vega, Cervantes, Góngora o Shakespeare, y hace con ellos un ejercicio de depuración para tratar de acercar la esencia de sus obras al público.