La hija menor de Karl Marx, Eleanor, fue una mujer genuinamente radical cuyas contribuciones pioneras a la causa feminista han sido ninguneadas por la Historia; al mismo tiempo, durante los últimos 15 años de su vida fue víctima de un marido que la engañaba y abusaba de ella. La suya es una figura compleja y radical, y por tanto merece una película mucho más compleja y radical que 'Miss Marx', presentada hoy a concurso. Con el fin de dejar clara la relevancia que las luchas de su heroína siguen teniendo hoy día, la directora Susanna Nicchiarelli trata de distanciarse de las conveciones del 'biopic' de época, pero el puñado de arreglillos estéticos que aplica a la narración -un par de montajes fotográficos a ritmo de música punk, alguna ruptura de la cuarta pared aquí y allá- no logran eximirla del acartonamiento y la rigidez que dan mala reputación al género.

El otro título aspirante al León de Oro presentado hoy, 'Pieces of a Woman', llegaba a la Mostra apadrinado por Martin Scorsese, que una vez completada la película decidió convertirse en uno de sus productores ejecutivos. Francamente, se hace difícil entender qué vio de especial en ella. Protagonizada por una mujer que se ve abocada a un calvario psicológico, conyugal y judicial cuando su bebé muere nada más nacer, la primera película rodada en inglés por el húngaro Kornél Mundruczó aqueja el mismo exhibicionismo de músculo cinematográfico, el mismo afán miserabilista y el mismo desdén por la lógica que las que rodó en su lengua materna.