La actriz francesa Juliette Binoche se ganó ayer el favor del público de la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes con su retrato de una mujer de mediana edad que, infatigable, no cesa en su búsqueda del amor. La película Un beau soleil interieur, que inauguró esa sección paralela del célebre certamen de la costa mediterránea, pone a Binoche en la piel de una artista vulnerable que a pesar de numerosos intentos fallidos por encontrar pareja no pierde la esperanza.

Con una capacidad vertiginosa para pasar de la risa al llanto, la intérprete, nacida en París en 1964, se desnuda de forma literal y figurada en la pantalla a las órdenes de la también francesa Claire Denis. «Para un actor, las emociones son como para un pianista las teclas de un piano. Yo hace 33 años que las toco», dijo al término de la proyección matinal, clausurada con aplausos y con un «Juliette, eres mágica» por parte de un fan.

Su Isabelle, la madre divorciada que confía todavía en que de verdad le llegue el momento, está por todas partes, añadió la intérprete de El paciente inglés, que en el 2010 se llevó el premio de Cannes a la mejor actriz .