Montilla es tierra de grandes vinos pero, también, de grandes artistas que han destacado en disciplinas tan diversas como la pintura, la escultura, la música, el cine o el teatro. Y ahora, de la mano del joven Javier Polonio Fuentes, la localidad de la Campiña Sur puede presumir de su particular Billy Elliot, aquel niño enamorado de la danza cuya historia saltó a la fama en el año 2000, gracias a un soberbio filme dirigido por Stephen Daldry que luego se transformó en un exitoso musical.

Y es que, con apenas cinco años de edad, Javier Polonio decidió hacer de la danza su principal medio de expresión y de interrelación con el mundo. Y lo que comenzó como una simple actividad extraescolar se ha convertido, con el paso de los años, en una prometedora carrera profesional para este joven de 23 años, procedente de una conocida familia de bodegueros montillanos, que durante este curso escolar formará parte del elenco del Ballet Nacional de España (BNE), bajo la dirección de Rubén Olmo.

Formado en Danza Española y Danza Clásica en el Conservatorio Profesional de Danza Luis del Río de Córdoba, la trayectoria de Javier Polonio ha estado marcada por su participación en numerosos espectáculos, como el Homenaje a Mariemma, celebrado en el Teatro de la Zarzuela de Madrid o el proyecto Danza, género y nación: 1930-1960 en el Museo Reina Sofía.

Pero es ahora cuando llega su gran oportunidad, al «dar el salto» a la compañía de danza más importante de España. «Para mí es un orgullo», aseguró a CÓRDOBA el joven bailarín que, a la vez, reconoció que supone una «gran responsabilidad» representar la identidad cultural de España en todo el mundo.

No obstante, Javier Polonio mantiene los pies en el suelo y se plantea esta nueva etapa como «un proceso de formación, de crecimiento y de desarrollo» dentro de su trayectoria como bailarín. Una etapa en la que podrá recorrer diferentes países de la mano de los espectáculos que el BNE desarrolle los próximos meses.

«Habrá piezas del repertorio que jamás pensé que bailaría en un escenario y solamente por este motivo merece la pena bailarlas, además de las obras de nueva creación, porque tenemos grandes coreógrafos en nuestro país que dan pasos hacia la vanguardia», apuntó.

Con todo, el joven bailarín montillano no oculta su tristeza porque la danza siga siendo para muchos «la oveja negra de las artes» y no se valore el «riquísimo patrimonio cultural» con el que cuenta España en este ámbito. En ese sentido, insiste en agradecer el papel que juegan quienes «siguen apostando por la cultura», o la visibilidad que ofrecen algunos formatos televisivos en los últimos tiempos.

«Es curioso que cuando el público ve por primera vez un espectáculo en el que aparece la danza española sale encantado, por no decir maravillado, aunque la realidad es que en España no hay un público educado culturalmente, pero para eso estamos nosotros, para luchar por la danza», afirmó Javier Polonio, quien se mostró confiado en realizar «un gran papel» en el Ballet Nacional de España.