La 15ª edición de la Bienal de Fotografía de Córdoba -celebrada bajo el título de Imágenes en conflicto-, ha supuesto un rotundo éxito de proyección de público, según informó ayer el teniente de alcalde de Cultura y Patrimonio del Consistorio, David Luque, en un balance de la misma. En su opinión, «se ha verificado después de dos meses que la propuesta diseñada por el Ayuntamiento poseía los suficientes atractivos de reflexión, exhibición y revalorización del papel de la imagen en las sociedades modernas».

En palabras del responsable municipal de Cultura, «esta Bienal ha situado la fotografía y la imagen en general en un primer plano artístico y discursivo y ha llegado a numeroso público merced a ese maridaje entre imagen y discruso crítico».

La asistencia total a las 14 exposiciones supera los 41.000 visitantes (se excluye la que se exhibía en la vía pública de este conteo), «cifra muy por encima de los habituales». Más de la mitad de las exposiciones «han superado los 1.500 visitantes», afirman. El ránking de visitantes, con más de 9.000 visitas en ambos casos, lo encabezan la muestra de Carol Alfarah en la Casa Árabe y la de Susan Meiselas alojada en el Centro Botí, seguidas por La maleta mexicana.

A pesar de la dispersión de las salas, como señala el teniente de alcalde de Cultura, «se ha podido comprobar que la propuesta contenía mimbres suficientes para seducir a un público cada vez más ávido de imágenes, de una fotografía que despliega un dispositivo crítico, unas fotografías que nos interpelan, a la par que se sitúan ellas mismas fuera/dentro del conflicto y que apremian al espectador a tomar, a su vez, partido».

David Luque destacó que «no solo las exposiciones han conformado la Bienal sino que el evento ha procurado hilar un tapiz alrededor de las propias exposiciones, bien urdidos esos hilos sobre la propuesta concreta de la sección oficial o bien en un campo más abierto, más de la fotografía en general».

El responsable de Cultura se felicitó por la presencia en Córdoba de fotoperiodistas del nivel de Gervasio Sánchez, Manu Bravo, Morenatti o Samuel Aranda. Sus intervenciones, según Luque, «han subrayado convincentemente el título de esa sección: Imágenes en conflicto, con reputadísimos fotoperiodistas de guerra, su participación en la Bienal ha supuesto un logro más de la misma». Luque destacó el éxito de público de estas sesiones y del ciclo de cine programado, en el que se han proyectado «una decena de filmes de nombres tan significativos como Cartier-Gresson, Malraux, Ivens o Morris», de los talleres, el maratón fotográfico y la revisión de portfolios a cargo de Pablo Juliá, Rafael Navarro y Díaz Maroto. El resto de actividades se articuló de forma más libre. «Se trata de celebrar la fotografía», dice David Luque, «y esto es lo que consiguió con su conferencia Joan Fontcuberta, Fernández Bardonada o Rein-Loring».