El Centro de Arte Rafael Botí abrió ayer sus puertas a la nueva exposición Back to school, que reflexiona en torno a la educación actual desde el punto de vista del arte contemporáneo y sobre cómo las artes plásticas pueden ser una herramienta de cambio y de transformación social. Comisariada por Jesús Alcaide, la muestra cuenta con los trabajos de diez artistas (Luz Broto, Laia Estruch, Jordi Ferreiro, Marc Herrero, Edu Hurtado, Valeriano López, Cova Macías, Jesús Martínez Oliva, Azucena Vieites y el colectivo Declinación Magnética), que reflejan a través de vídeos, performances, instalaciones, fotografías y dibujos cómo el arte contemporáneo «vuelve a la escuela, al proyecto educativo», además de «dar la vuelta a la idea de educación que tenemos en la actualidad».

«Los artistas son una china en el zapato y nada políticamente correctos», y ahora ponen en cuestión modelos educativos «que están vigentes y que son caducos», señaló Alcaide, que subrayó que es una exposición «que no solo habla de escuela».

Durante su intervención, el comisario explicó el significado de las distintas piezas que integran la muestra --que se abrió ayer con la instalación de la artista Laia Estruch «realizada sobre un inflable en el que trabaja con la educación de la voz, la sonoridad y el cuerpo»-- y que cuenta con una obra de Martínez Oliva que habla de cómo desde la escuela «nos educan en cuestiones que tienen ver con el miedo al otro, a lo diferente», de ahí que consista en unos tornos que asemejan a los que hay en los accesos a las fronteras, creados a base de pupitres escolares. Por su parte, Eduardo Hurtado trabaja en cómo desde la educación física se corrigen cuestiones que tienen que ver con el cuerpo, «y que van a ser esenciales en nuestra forma de trabajar y vivir», mientras José Álvaro Perdices plantea las razones y comportamientos propios, pero fraguados en el entorno social. Valeriano López presenta dos piezas «en las que habla de los problemas de la educación laica y religiosa», un tema también muy vigente y que «hay que repensar porque estamos heredando modelos de una época que ya está caduca», prosiguió Alcaide.

Además, hay dos obras audiovisuales de Cova Macías y Luz Broto, que «resumen el trabajo conjunto de alumnos y profesores, creando piezas en conjunto». Azucena Vieites dirige su mirada hacia los modos de hacer de la infancia con niños que han trabajado sobre dibujos suyos, diluyendo así su autoria; Marc Herrero, también profesor, dibuja objetos de forma inesperada, mostrando un trabajo abstracto en el que toca «cuestiones como el bullying o la diferencia»; Edu Hurtado aborda la repetición como forma de aprendizaje y, por último, el colectivo Declinación Magnética, explica el comisario, «repiensa la historia que tenemos de España, sobre todo de la colonización de América».

Por su parte, la responsable de la delegación de Cultura de la Diputación, Marisa Ruz, aseguró que Back to school pone de manifiesto «la necesidad» que hay de pensar y repensar la educación y el sistema educativo, «tan puesto en duda en las últimas semanas», por lo que esta exposición es «muy oportuna», ya que «nos ayuda a reflexionar sobre qué tipo de educación queremos para nuestros hijos», puesto que «no solo es un derecho fundamental, sino que debemos salvaguardar todo aquello que nos hace ciudadanos». Así, Ruz subrayó que «no solo es una muestra contemplativa donde se aprecia la calidad de los artistas y la capacidad de transgresión que puedan tener, sino que, además, nos ayuda a reflexionar sobre el mundo en el que vivimos». La exposición se complementará con nueve actividades paralelas que persiguen convertirse en un laboratorio creativo y social, una performance, un taller para niños de cuatro a siete años, una proyección y seis eventos multidisciplinares, además de unas jornadas profesionales.