Diversidad temática y formal, emoción y ánimo de renovar el cine español. Así son los filmes que optan al Goya a mejor dirección novel, con Sergio G. Sánchez (El secreto de Marrowbone), Lino Escalera (No sé decir adiós), Carla Simón (Verano 1993), Javier Calvo y Javier Ambrossi (La Llamada). Con argumentos que giran en torno a la búsqueda de un hogar, la infancia, la fe en uno mismo o la muerte, si algo tienen en común estos cineastas es haber contribuido a acabar con la etiqueta de «cine español» como género. «Ya no existe el cine español como concepto, nos lo hemos cargado», señala Ambrossi. «Ya no existe el cine español que está en una estantería; es cine humano, de personas, con sus conflictos».

Ambrossi y Calvo, conocidos como los Javis, suman cinco nominaciones en total con La Llamada, una comedia musical que ha calado entre el público más joven y que adapta su propia obra teatral homónima, que sigue en cartel después de más de cuatro años.Su tono festivo está en las antípodas de No sé decir adiós, un drama que orbita en torno a «la relación rota de un padre y una hija que, ante la muerte, tienen que construir una despedida que no saben cómo articular», explica Lino Escalera. La muerte también es uno de los temas de Verano 1993, un filme autobiográfico basado en la infancia de su directora, Carla Simón, que perdió a sus padres a causa del sida, y que ya ha recogido premios en festivales como la Berlinale, Málaga o los premios Feroz.

Otro rasgo común de Verano 1993 y No sé decir adiós, a diferencia de la taquillera El secreto de Marrowbone, es el poco presupuesto con el que contaron. Ni siquiera en el caso de Sánchez, guionista de películas de éxito como El orfanato, de J.A Bayona, o Palmeras en la nieve, de Fernando González Molina, el salto a la dirección fue del todo fácil. «Tardé casi diez años en conseguir dirigir», subraya.