Destacadísimos creadores europeos solicitan la reapertura de las salas y la vuelta al trabajo con 'La cultura es segura', un alegato por la cultura impulsado por Michael de Cock (KVS Bruselas) y Carme Portaceli (Teatre Nacional de Cataluña). Feabrice Murgia (Théâtre National de Bruxelles), Peter de Caluwe (De Munt / La Monnaie), Milo Rau (NTGent), Serge Rangoni (Théâtre de Liège, Prospero, European Theatre Convention), Guy Casiers / Maud Van de Velde (Toneelhuis), Chloé Dabert (La Comédie de Reims), Wajdi Mouawad (Théâtre National de la Colline, París), Claudio Longhi (Piccolo Teatro, Milán), Giuliano Barbolini (Emilia Romagna Teatro Fondazione), Nuno Cardoso (Teatro Nacional Sâo Joâo, Oporto), Tiago Rodrigues (Teatro Nacional Di Maria II, Lisboa), Alfredo Sanzol (Centro Dramático Nacional, Madrid), Txema Viteri (Teatro Calderón de Valladolid) y Anne Goalard (Young Programing Arts Lovers) han secundado un comunicado que denuncia que pese al covid-19 no es "normal" mantener a público y artistas alejados, privados de espectáculos presenciales.

Países como España y Portugal, donde la actividad se ha mantenido, demuestran que es posible abrir los teatros cumpliendo con estrictos protocolos de seguridad. Hasta ahora no se ha detectado ningún teatro como foco de contagios. "La gente necesita trabajar y el público poder disfrutar de la cultura para no volverse loco", resume Portaceli que se encuentra en Bélgica donde le espera el estreno de 'Madame Bovary' en el que trabaja con Cocks. El montaje se filmará y se verá televisión. Tal y como están las cosas en Bélgica para poder representarse con público en sala habrá que esperar.

Reencuentro necesario y "antidepresivo"

La publicación del manifiesto se hace este jueves para coincidir con una serie de espectáculos al aire libre en Bruselas este fin de semana. "Queremos aprovechar estas acciones para llamar la atención sobre la necesidad de cultura en vivo", destaca De Cock. En Bélgica la reapertura de los teatros se ha retrasado hasta el 1 de marzo alagando un confinamiento que obligó a cerrarlos en otoño.

"Los meses de malestar debido a la pandemia nos pesan a todos. La gente está cansada y deprimida. Ningún antidepresivo funciona mejor que estar juntos de forma segura", afirma el manifiesto. "Solicitamos que a aquellos que puedan garantizar el cumplimiento de los protocolos de seguridad se les permita trabajar. Pedimos poder contar historias, disfrutar y hacer disfrutar de la belleza, proporcionar consuelo y ayudar a crear perspectivas de futuro".

Se ha demostrado que "haciendo los esfuerzos necesarios para que nuestros equipos trabajen y ensayen de forma segura, para guiar los flujos de público y para mantener la distancia necesaria en los teatros" es posible seguir trabajando aplicando protocolos de seguridad. Consideran que "los teatros modernos están tan bien ventilados en Bruselas como en Oporto. Y la gestión de multitudes en París y Ámsterdam es igual de buena que la gestión del público en Barcelona".

Su plan es utilizar unificar criterios y utilizar las redes que conectan los teatros europeos como Between Lands, Opera Europa, Próspero, European Theatre Convention para hacer presión y lograr recuperar el contacto con el público presencial en estos tiempos difíciles. "Nunca se debe considerar como un hecho "normal" que los teatros estén cerrados", dice el documento.