NACIMIENTO: CORDOBA, 1936TRAYECTORIA PLANETA ACABA DE PUBLICARLE ´EL PEDESTAL DE LAS ESTATURAS´, UNA HISTORIA NOVELESCA DE LA QUE SE HAN VENDIDO 180.000 EJEMPLARES EN MES Y MEDIO. ES POETA, DRAMATURGO Y ENSAYISTA. ENTRE SUS OBRAS, ´EL MANUSCRITO CARMESI´ Y ´ENEMIGO INTIMO´

Apareció su esbelta figura por un patio del antiguo convento del Corpus Christi, en el que habita su fundación para jóvenes creadores. Sin dejar su inseparable bastón ni un momento, posa ante las cámaras para afrontar después su cara a cara con los periodistas. Con la voz algo ronca por un catarro que le acompaña desde que ha llegado a Córdoba, Antonio Gala no escatima palabras para hablar de su última obra, El pedestal de las estatuas , en la que "levanto las faldas a la historia de España". Esta tarde "por fin" participa en la Feria del Libro de Córdoba "porque antes no había coincidido con un libro reciente que presentar".

--¿Cómo se gesta ´El pedestal de las estatuas´?

--Es el producto de un embarazo no deseado, como casi todos los embarazos. Nació con naturalidad, sin cesáreas ni epidurales. Yo había hecho ya el trabajo por pura curiosidad histórica y no ateniéndome a los historiadores habituales, sino que he descubierto un par de cosas; por ejemplo, que la paternidad de Isabel la Católica es de Alvaro de Luna. Desde que yo vivía en Claudio Marcelo, cerca de aquí, y leía a la vez cuentos y libros de historia adivinaba que la Historia no era así, que tenía hiatos que no se nos contaban. Un pueblo que ignora su verdadera historia no es un pueblo porque la Historia es su origen y su proyecto, es su profecía y su futuro. La historia de España es así, no hay nada falso en este libro, bajo palabra de honor.

--En este libro ni la reina Isabel la Católica se va de rositas.

--Las peor paradas en este libro son Isabel la Católica (la culpable de todo, que inventa la unión que se impone, no la unidad), y la Iglesia católica (la religión nace por el miedo del hombre a la muerte y a los castigos). Nos han estado engañando todo el rato, entre otros nuestros propios literatos. Quiero del lector que se sorprenda, se eche a reír y reflexione porque el de ahora es un momento crucial en la historia de España. Yo soy enemigo de los pedestales. Fuera los pedestales, andemos todos a pie, mirándonos a los ojos, que son los que verdaderamente hablan, y el corazón a la misma altura, que es el que siente.

--Así se quita una espinita que tiene desde niño. ¿Le quedan todavía otras cosas que contar?

--Sí, estaba previsto un tema, El león con alas , y yo lo estaba escribiendo cuando este libro exigió nacer. Entonces, sí, no estoy agotado y tengo sobre todo que contar la historia de mis propios perrillos, que son mis compañerillos desde hace muchos años. En la finca La Baltasara, en el jardín grande de mi casa hay un pequeño cementerio donde están todos enterrados. Me gustaría escribir un libro de agradecimiento hacia ellos. Tengo tres perros para que cuando uno se vaya el terremoto sea menor... El pequeño es de la raza bodeguero andaluz. Se llama Mambrú porque se fue a la guerra pero la trajo, no te puedes imaginar hasta qué punto. Es loco y cariñoso.

--Con la experiencia que acumula como escritor, ¿qué agradece más, el cariño del público, que está claro que lo tiene, o las buenas críticas de los expertos?

--Sería un hijo de la gran puta si no quisiera a mis lectores por lo menos como ellos me quieren a mí. Tengo cien cartas diarias, un término medio, y hay algunas que, cuando las sacas del sobre, sabes que están sangrando. Son cartas en general de gente que se siente sola y si se siente sola y está sola, todavía le queda la esperanza, pero si se siente sola y está acompañada no le queda más que la desesperación. La crítica me importa menos porque me parece que son profesionales de otro género literario y yo soy compadre de bastantes escritores, he apadrinado a sus hijos, pero no me relaciono mucho con los escritores. Soy una persona más bien solitaria. Mi compañía son los chicos de la fundación y, o estoy en Madrid solo, casi sin salir casi para nada, o estoy en el campo y solo también con mis perrillos. Soy un buen trabajador y creo que el trabajo creativo exige soledad, no la dispersión.

--¿Cómo ve a Córdoba desde Madrid?

--Antes miraba un poco hacia atrás, cosa que no es difícil porque a una ciudad que ha tenido 17 kilómetros, según el testimonio literario, con polvo de oro y canela es muy difícil que le interesen las autopistas. Y una persona que, cuando todos los demás apenas sabían leer, tenía a Séneca, Lucano, Averroes y Maimónides, tiene un sentido de desdén por lo que viene. Es fácil que se vuelva displicente y soberbia. Me parece que eso ahora no sucede así, que la Córdoba de ahora está metida en la que sucede ahora y eso es imprescindible.