Nació en Córdoba en 1980, y apenas era un jóven ávido de lectura cuando nació Cosmopoética, el encuentro cordobés con los versos que se ha convertido en un referente nacional y que él ahora dirige. Llegar a todos los públicos y sensibilidades es el objetivo de este escritor, periodista, articulista, músico (perteneció al grupo Deneuve) y amante del fútbol, que se enfrenta desde el próximo viernes a un festival cargado de importantes figuras y muy distintos discursos poéticos.

-Cosmopoética llega a su quince edición. ¿Cómo ha visto su evolución?

-Las cosas se ven muy diferentes desde dentro. Cuando empezó, para mí era una oportunidad de conocer a autores que estaba empezando a leer. Creció mucho con el empuje de la Capitalidad Cultural y era una oportunidad para muchos creadores de la literatura. Creo que el encuentro ha sabido adaptarse a los tiempos, a las circunstancias, a los presupuestos, y es un festival vivo, que creo que es el mejor halago.

-Vuelve por segunda vez a ponerse al frente como director de la cita. ¿Le ha resultado más fácil o ha sentido aún más presión?

-El pasado año llegué a Cosmopoética tras el fallecimiento de Nacho Montoto, que era el director literario de esa edición. Hablaron conmigo y no me lo pensé mucho, principalmente, por Nacho, que era un muy buen amigo que había luchado mucho por este festival, y me atrajo la idea, un poco romántica, de seguir con su labor. Este año es muy diferente y, más que presión, siento responsabilidad. He tenido que tomar muchas decisiones en soledad sobre lo que puede interesarle a la ciudad, que cale, que guste y que la gente se sienta identificada con el festival.

-Repetimos hasta la saciedad que Córdoba es cuna de poetas. ¿En que ha influido esa creación en la ciudad?

-Es verdad que hay muchos y muy buenos poetas en Córdoba. Este festival es un homenaje a la ciudad, a esta ciudad de las pasiones, a eso se refiere el lema de este año. Esta ciudad tiene tantos y tan buenos creadores que tiene que deberse a algo, no sé si a la influencia monumental, la piedra, o a nuestra manera de enfocar el mundo, pero sí está claro que algo hay. Sobre todo, porque Cosmopoética ha sobrevivido 15 años con cambios de gobierno y con modelos culturales diferentes. Yo creo que en Córdoba hay mucho interés por la poesía y se respeta y escucha al poeta.

-La ciudad se llena de versos cada año con este encuentro. ¿Cree que llegan al ciudadano?

-Sí. Si no fuera así, no estaría aquí. No entendería que hubiera un gasto público en algo que no llega, que no revierte. La cultura llega y la cultura cambia la ciudad.

-¿Cómo vendería Cosmopoética a los cordobeses que jamás se han acercado a la poesía?

-No es una cuestión de público, de que se llenen los actos, sino de que represente a toda la sentimentalidad de la ciudad. Prefiero poco para muchos, que mucho para unos pocos.

-¿Qué cree que es más importante en este festival, los eventos con los autores más deslumbrantes o los pequeños actos?

-Hay un equilibrio. Tiene que haber gente que llame la atención del gran público, y también una apuesta clarísima por una nueva poética, por gente que está haciendo vanguardia, experimentando, y que aún está en el proceso de llegar al público. Yo creo que Cosmopoética siempre ha jugado con ese equilibrio y, para mí, eso es lo más difícil.

-La pasión es el ‘leitmotiv’ de esta edición, que tiene como país invitado a Italia. Suena muy romántico y arrebatador.

-Los cordobeses somos muy arrebatadores, esta ciudad es muy sentida. Nos van las pasiones, porque nos van los extremos. La pasión es esa manera de vivir la vida con intensidad, y eso es parte de la poesía, de nuestra cultura, y es lo que quiero transmitir a mi hijo.

-¿Qué no podemos perdernos de esta edición?

-Seguro que se me olvidan algunas citas, pero yo no me perdería la inauguración, a Pere Gimferrer y Nanni Ballestrini, entre otras cosas, porque creo que no va a volver a darse un encuentro así, además, culminado por Zahara. Tampoco me perdería el encuentro entre Paula Bonet y María Sánchez, a Deborah Landau y Ladan Osman, a Ignacio Martínez Pisón y Galder Reguera, a Félix Moyano y Francisco Gálvez, a Manuel Vilas o a Jota tocando a Battiato. Van a ver discursos nuevos.

-También hay una fuerte presencia femenina. ¿Influidos por la fuerza feminista del 2018?

-De todos los libros de poesía que he leído este año, los discursos más rompedores vienen de mujeres. No es una cuestión de cuotas, sino de calidad. Y creo que la poesía femenina que se está haciendo en este momento tiene que estar en Cosmopoética. Es una necedad creer que esto es un enfrentamiento cultural, y también es una necedad que esto responde a un tipo de cuotas.

-Además de poetas, habrá importantes encuentros con narradores como Eduardo Mendoza. ¿Ha costado que acudiera?

-Sí que ha costado, y no solo él. Para mí, es un orgullo porque no va a ir a muchos sitios más. Aunque Cosmopoética es un festival de poesía, es muy difícil delimitar qué es poesía y qué es prosa.

-También hay presencia de poetas cordobeses. ¿Qué significa para ellos este encuentro?

-Cuando escribía poesía, para mí era una oportunidad estar en Cosmopoética, era un reconocimiento. No sé lo que hay en sus cabezas, pero ellos son nuestro patrimonio.

-Música y versos son una comunión perfecta que siempre tienen mucha presencia en el festival y suelen ser propuestas muy alternativas. ¿Por qué acuden a la vanguardia?

-Quizá este año lo hagamos menos que otros. El año pasado estuvo Nach y este estará El Chojín, pero también tendremos a Mararía Terremoto, flamenco puro, o Juan Carlos Aragón, del mundo del carnaval. Pero reconozco que la línea es esa, porque también pienso que el indie está teniendo mucha trascendencia, arrastra público y muchos de sus autores tienen un compromiso con la poesía.

-Hemos visto versos en servilletas, autobuses y colgados de los árboles. ¿Dónde los encontraremos en esta edición?

-Yo creo que el mejor lugar donde brillarán los versos será en la Sala Orive, que es maravillosa.