Si las exportaciones españolas fuesen un gran autobús conducido por la eficiencia empresarial, dos de sus asientos preferentes estarían ocupados por Pocoyó y Tadeo Jones. Los dos personajes infantiles se han convertido en la avanzadilla de un potente ejército de películas y series de animación que están conquistando el mundo. Gracias a la exportación de producciones como Pocoyó y Las aventuras de Tadeo Jones , la industria doméstica del ramo prevé duplicar en seis años su impacto en la economía española y casi triplicar los puestos de trabajo que genera, según recoge el libro blanco del sector presentado recientemente.

En tiempos de depresión del consumo interno, da gusto comprobar cómo los animadores se las han ingeniado para vender sus dibujos en movimiento a más de 170 países. De la mano de excelentes producciones, como Chico y Rita , y Arrugas , han conseguido derribar incluso las barreras de países en los que la marca España "no estaba bien vista", como advirtió durante la presentación el presidente de la Federación de Productores Audiovisuales de España (FAPAE), Pedro Pérez. Este esfuerzo ha culminado con la introducción de series hispanas "hasta en China", lo que ha permitido que la animación viva una nueva etapa de esplendor después de aquel auge de los años 80.

"España es ya el tercer país europeo más exportador, por detrás del Reino Unido y Francia, y el séptimo del mundo", proclamó el secretario de Estado de Telecomunicaciones, Víctor CalvoSotelo Ibáñez Martín. Pero no todo son luces. El sector se queja del problema de la fuga de talentos. "Cuesta mucho encontrar personas que trabajen en este entorno", denunció Conrado Castillo, director general de Rooter, la empresa que ha elaborado el libro blanco. La directora general de Industrias Culturales, Teresa Lizarazu, prometió ayudas del Instituto de Crédito Oficial (ICO) para la animación, un sector que espera generar 1.581 millones de euros en el 2017 y ocupar a 21.039 trabajadores.