LUGAR Y FECHA DE NACIMIENTO MADRID, 1973

TRAYECTORIA EMPRESARIO, EXPERTO EN TECNOLOGIA Y AUTOR DE TITULOS COMO 'DESNUDANDO A GOOGLE' Y 'EL QUINTO ELEMENTO'

Los terroristas del Estado Islámico (EI) orquestaron los atentados de París con una playstation y estrellaron el avión ruso en Egipto con una lata de Schweppes Gold. Naderías comparadas con lo que emplearán en un futuro próximo, alerta Alejandro Suárez Sánchez-Ocaña, experto en tecnologías de la información. En su libro El quinto elemento (Deusto) --no apto para aprensivos-- desgrana el avance de la ciberguerra. "El próximo 13-N será tecnológico", asegura. "No me cabe la menor duda. Empezará con un clic. Esos grillados ya se están planteando cómo hacerlo. Una tentativa rudimentaria fue el ataque tecnológico del EI a la TV5 francesa en abril. El apagado de ocho horas solo produjo un daño empresarial, pero la cosa irá a más", dice.

--¿Por qué está tan seguro?

--Es muy difícil hacerse con una ojiva nuclear en Ucrania, pero la alta tecnología es hoy un producto básico que se replica fácilmente. Por otra parte, para que un tarado coja el kalashnikov o se ponga un cinturón de explosivos, hay que comerle el coco con que irá al cielo y les esperarán 50 vírgenes. Es más fácil convencer un tipo en una montaña en Pakistán que vuele un dron sobre el Bernabéu en un Madrid-Barça y lo haga estallar. No corre ningún riesgo.

--¿Y para cuándo prevé ese big one de los atentados?

--Antes de cinco años tendremos un susto mayor que el de París. El FBI ya ha desmantelado campos de entrenamiento con drones de Al Qaeda. Es lo que tiene la tecnología. Del mismo modo que, en un pueblito de Houston, el Ejército americano tiene a unos chavales de 20 años que manejan drones y bombardean un país en Oriente Próximo como si fuera un videojuego, los malos también aprenden.

--Eso tiene mal arreglo, ¿no?

--Cuando en el 2001 chocaron los aviones contra las Torres Gemelas, la seguridad consistía en pasar un detector de metales. A partir de entonces emplean un escáner corporal 3D que detecta si la uña del pie ha estado en contacto con pólvora en las últimas horas. Tiene que ocurrir algo horrible como aquello para que se invierta en una industria que responda al mal uso de la tecnología.

--Anonymous ha declarado su ciberguerra al EI. Ya es algo.

--¡Solo es simbólico! ¿Qué atacarán?

--El EI mueve 9.200 cuentas de Twitter, a razón de 90.000 tuits al día.

--Las emplean para la propaganda, como los vídeos. Si Anonymous boicotea esas cuentas, ellos abrirán otras. No les cambiará la vida a los tipos que están en una jaima, en el desierto. El EI solo utiliza la tecnología para captar y mandar mensajes al mundo, pero no dependen de ella para vivir. Los atentados los preparan cara a cara.

--Nada de móviles.

--No. En el 2001, cuando EEUU perseguía a Bin Laden, este viajaba un día con su chófer. En un momento dado, le propuso tomar caminos diferentes y le dio el móvil al subordinado. Antes de 24 horas había caído un misil en su cabeza. Hoy, a nivel tecnológico, tienen dos marchas.

--¿En manos de quién está la veloz?

--Una élite prueba cosas, aunque gracias a Dios aún son rudimentarios. Y digo "gracias a Dios" porque las infraestructuras críticas, unas 3.700 en España, son tan vulnerables que estaríamos viviendo desastres cada día.

--¿Esas 3.700 están bajo control?

--Hay un departamento en León en el que trabajan 220 profesionales. En EEUU son 60.000 --para unos 30.000 puntos críticos-- y en China, 100.000. A mayor tamaño tecnológico de un estado, más dependencia de la tecnología tiene. Si el EI fuera un país, ¿qué podríamos hacer? Casi nada. Sus bancos y hospitales no dependen de sistemas informáticos. La respuesta hoy solo puede ser física, como el bombardeo de EEUU a los convoys de petróleo. Les hizo perder 450 millones de euros. Eso sí les hace daño.

--Eso los norteamericanos. ¿Y aquí?

--El Estado español debe huir de la retórica, como hablar de la creación del ciberconsejo de seguridad, y dotar de recursos a una industria que nos proteja. ¡Debemos persuadirles! Y no solo frente al ciberterrorismo. Brasil vivió un apagón masivo tras el ataque de hackers a la Operadora Nacional del Sistema Eléctrico. Pidieron un rescate.

--Total, ¿propone más tecnología contra la tecnología vil?

--Así es. Si sabemos que un dron cargado con medio kilo de explosivos se puede conducir hasta la Moncloa sin problema, ¿por qué no hay una contratectnología que lo evite? Apenas hay pequeñas tentativas militares, como neutralizar drones por medio de sonido o de campos magnéticos. Lo aterrador es que a día de hoy no hay solución a las potenciales amenazas tecnológicas.

--¿Insinúa que estamos inermes?

--Por fortuna no somos conscientes de las muchas amenazas posibles y la nula respuesta que se puede oponer.

--Ponga algún ejemplo.

--Se puede acceder a una depuradora de agua y envenenarla añadiendo más cloro de lo prescrito, y cargarse así a una ciudad entera. O atacar una central eléctrica o una nuclear. Ese es el tipo de riesgos que vamos a vivir en las próximas décadas.

--Suena a coartada ideal para vigilarnos a todos.

--¡Ya lo estamos! Y ese es otro asunto del que no somos conscientes. Paseamos con una sonrisa en la boca con nuestro smartphone, un aparato que es un millón de veces más avanzado que el ordenador del Apolo 11 con el que el hombre fue a la Luna, pero vivimos en una libertad vigilada. A mucha gente le da igual. "Total, yo no soy un terrorista", argumentan. Es una manera de verlo.

--No es la suya.

--No. Existe una vigilancia preventiva masiva.

--¿Quién es el supervigilante?

--El principal es la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) norteamericana. El CNI, también vigila; pero no tiene la capacidad masiva que ya tenía la NSA en 1991. Y los servicios secretos británicos, sus aliados, pueden pinchar cables submarinos de internet y grabar todo lo que ocurre en 48 horas. En el 2020 esperan poder registrar el tráfico de un mes.

--¿No cree que el miedo es mal compañero?

--El miedo es malo. Suspender los amistosos España-Bélgica y Alemania-Holanda ha sido un mal mensaje. Es una victoria moral para los yihadistas. Lo bueno es la alerta.