Con un repertorio actualizado, un sonido mucho más potente, una puesta en escena muy teatral y sin un ápice de nostalgia, Los toreros muertos vuelven a demostrar que el humor es el mejor conservante para mantener el espíritu de una irrepetible banda que tiene una trayectoria de más de 30 años a sus espaldas. El polifacético Pablo Carbonell, líder del grupo que hace dos años volvió a los escenarios con la misma irreverencia y diversión de siempre, habla de la gira con la que el sábado recala en la sala Golden Club de Córdoba, Tour bicicleta estática 2018, en la que hace un repaso a su clásico repertorio.

-El humor ha estado siempre presente en las canciones de Los toreros muertos. ¿Siguen en la misma línea o con el paso del tiempo se han vuelto más serios?

-Hace unos años, pocos, unos treinta, después de nuestro primer disco, 30 años de éxitos, nos dimos un golpe en la cabeza y nos sentimos en la necesidad de convertirnos en una banda convencional de rock, expresar nuestro sentimientos en vez de hacer parodias de estilos musicales, que era el norte que habíamos marcado en nuestros primeros temas. Un error que ahora estamos solventando. el espíritu iconoclasta ha vuelto a su cauce.

--Volvieron a los escenarios en 2016 con una minigira para celebrar su treinta aniversario. Parece que el público les recibió bien porque han pasado ya dos años.

-Y pasarán muchos más porque cada día se me acumulan más canciones en la mesa.

-Entonces dijo que los que fueran a verles volverían a tener acné. ¿A quién se encuentra ahora en sus conciertos?

-A nuestros conciertos suele venir lo mejor de cada casa. Algunos vienen a presentarnos a sus hijos, que concibieron la noche que nos vieron por primera vez. Estoy hablando en serio. Los toreros muertos fomentamos la natalidad. Lo del acné lo debí decir porque sonamos mucho más punk ahora que antes.

-¿Qué piensan los jóvenes de sus canciones?

-Se quedan muy sorprendidos de que haya gente mayor que ellos cantando burradas. Lo flipan. Deben pensar que venimos del futuro cuando, en realidad, este concepto viene atacando por retaguardia.

-¿Qué es lo mejor de volver al pasado?

-En el pasado están los que hicieron esto antes que tú. Es sano y humilde echar un vistazo. No vamos a vivir dos mil años, no podemos darnos el lujo de ser autodidactas. Así que hay que fijarse pero no mucho. La ignorancia es atrevida y sin la osadía del desconocimiento quizás no habríamos hecho Los toreros muertos. Sobre nuestro repertorio, si canto canciones que escribí hace mogollón de tiempo es porque están vigentes, o incluso las he aprendido a cantar con un enfoque mucho más claro. No hay melancolía ninguna.

-Además de los conciertos con la banda, ¿en qué otras cosas anda ahora?

-Estoy grabando un programa de televisión que empezará en breve a emitirse en La 1, Dicho y Hecho. He acabado un guión con Rodrigo Sopeña para rodar una película con mi hija Mafalda. El año que viene publicaré mi primera novela, y los fines de semana que no tengo concierto tengo funciones de teatro con la obra basada en mis memorias y otras cosas que la prudencia me impide contar. Vamos, que no me aburro.

-¿Echa de menos épocas como las de ‘Caiga quien Caiga’ o ‘La Bola de Cristal’?

-No. Sin duda hemos ido para atrás en muchas cosas, pero carezco del sentimiento de nostalgia. Para mí, la nostalgia es sinónimo de derrota. Recordar lo que significaron es bueno porque fueron bocanadas de aire fresco, asumieron un riesgo y salieron por la puerta grande. Ya sabemos que para evolucionar hay que salir de la zona de confort.

-¿Cómo se entiende que hace 30 años los artistas tuvieran mucha más libertad de expresión que ahora? ¿Habrían surgido grupos como Los toreros muertos o Siniestro Total?

-La cantidad de gente que se cabrea por todo nos ha llevado a esto. Las redes sociales son un nido de polemistas espantoso.

-¿Le gustaría volver al cine? ¿Para hacer qué?

-¿Para ver una buena película y comer palomitas? Ahora en serio. Estoy en la nueva película de Emilio Martínez Lázaro haciendo el papel del manager del personaje de Dani Rovira. La película se estrenará en breve y lleva el título de Mi amor perdido. Algún día en cine haré algo que me quite la etiqueta de actor cómico.

-Hace dos años publicó ‘El mundo de la tarántula’, donde cuenta algunas de sus trastadas. ¿Se arrepiente de algo que haya hecho o dejado de hacer?

-Me arrepiento solo del tiempo que he perdido.

-¿Qué es lo peor de cumplir años?

-Por ahora, no he descubierto qué es lo malo de no haberse muerto antes.