Dejando a un lado la extrañeza que provoca desde el comienzo este libro en los asiduos lectores de narrativa, se percibe una visión ambiciosa en cuanto a los objetivos de no dejar otro libro convencional en nuestras manos. La experiencia del sujeto en un contexto y una ciudad ajenas, la perspectiva elegida -un narrador en voz baja que elige la 3ª persona para ir mostrando el desarrollo de los acontecimientos y pensamientos y que sabe todo del personaje en cada momento y que no renuncia a la búsqueda identitaria- y esa mirada escrutadora que no pierde de vista la escritura y el proceso creador, como telón de fondo, son ingredientes que se equilibran dentro de la escena para dar como resultado esta historia (con otras historias dentro) cuya fragmentación evita esa linealidad clásica a la que estamos acostumbrados.

La construcción de los personajes y lo misterioso de sus circunstancias, apariciones, encuentros y desencuentros, como se va desenvolviendo la acción, la prosa fluida que incide en lo mínimo pero que no desvela en exceso, la situación ficcional que se proyecta, hacen que el lector se sienta atraído por este universo desde el comienzo, en el que el espacio físico -la ciudad, la residencia de escritores- juega un papel también primordial en el posicionamiento de la voz y en el desarrollo de algunos acontecimientos. Parece que no pasa nada pero sí que sucede, ese caudal de pensamientos y visiones arrastra sus asociaciones literarias, sus deseos hacia una perspectiva de la memoria distinta, con una prosa y estilo que obligará al lector a centrarse en todo lo que se propone -que no es poco- desde estas páginas.

Autor: Sergio Chejfec.

EditORIAL: Jekyll & Jill.

LUGAR DE EDICIÓN: Zaragoza.

Año: 2019.