La Junta de Andalucía destacó ayer el legado de Carlos Cano, artista del Realejo granadino que se hizo universal con coplas como María la portuguesa, que reivindicó tradiciones como el trovo popular o las murgas, reconocido como Hijo Predilecto de Andalucía y de cuya muerte se cumplen ahora veinte años. El artista granadino, Medalla de Plata de Andalucía en 1989 y nombrado ya a título póstumo Hijo Predilecto de Andalucía en febrero del 2001, murió hace ahora dos decenios con 54 años, una vida en la que presumió de ser andaluz como «la forma que tengo de ser persona».

La Junta recordó la trayectoria y el legado de un artista que reivindicó tradiciones casi olvidadas como el trovo popular, las murgas, los tanguillos y la copla, «que no es canción ni es española, sino copla y andaluza», afirmaba. Compuso, inspirado por la lectura de los textos de Blas Infante y la Asamblea de Ronda de 1918, la Verde, blanca y verde, convertida en todo un himno en los años de reivindicación autonómica.

Cano compuso en 1968 su primera canción, La miseria, una letra dedicada a retratar la realidad de los emigrantes andaluces que como él salieron a Suiza, Holanda o Alemania para buscar el trabajo que en España no había. Este artista revolucionario impulsó el Manifiesto Canción del Sur junto con Juan de Loxa y Antonio Mata, tres años antes de que Carlos Arias Navarro, por entonces alcalde de Madrid, lo declarara en 1972 persona non grata en la capital por homenajear a Lorca en un acto en el que coincidió con Morente, Ian Gibson y el cantautor Lluis Llach.

Su primer disco, A duras penas, lo grabó en 1975 con el marcado carácter político que mantuvo en otros trabajos sin militar nunca en ningún partido. «A mí, y a toda una generación, nos descubrió una Andalucía ignota, reivindicativa, solidaria, lírica, épica y divertida», dijo de él José Antonio Labordeta, cantautor y diputado aragonesista.

En 1980 formó parte del elenco de artistas que acompañó a Rafael Escuredo en la campaña a favor del «Sí» en el referéndum del 28-F, la conocida como «Gira histórica» en la que estuvo Esteban Cano y Manuel Gerena y artistas como Camarón, Pata Negra, Alameda, Silvio, Tabletom y María Jiménez.

En sus trabajos discográficos buceó en las raíces de la música popular andaluza con una marcada influencia de Lorca, Alberti, Machado hasta que su música viró hacia el otro lado del Atlántico antes de llegar a la copla. «No me avergüenzo de cantar coplas. Sin Falla, Albéniz y Turina no se hubiera dado el fenómeno del maestro Quiroga. Y lo mismo ocurre con García Lorca», dijo el artista. Su última actuación fue el 22 de noviembre del 2000 en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, días antes de sufrir un aneurisma por el que murió hace veinte años.