‘Jardín de poco.

Poesía inédita (2010-2018)’. Autor: Rafael Ballesteros. Edita: Centro Cultural Generación del 27. Málaga, 2019.

Muy diversos críticos, entre ellos Juan José Lanz y José María Balcells, han estudiado la poesía del malagueño Rafael Ballesteros -que en 2020 recibirá por parte de la ACE-A el XI Premio de las Letras Andaluzas- y últimamente, en 2019, lo ha hecho Alfredo López-Pasarín con una extensa y muy argumentada introducción a su propia edición del libro Jardín de poco. Poesía inédita (2010-2018). En este sentido, sus dos partes quedan muy compensadas al repartir 85 páginas al estudio introductorio y otras 120 a la publicación de los tres libros sucesivos Contramesura, Almendro y caliza y Jardín de poco, cuyo titular da título preciso a esta edición.

López-Pasarín comienza, bajo ese rótulo general de «La poesía última de Rafael Ballesteros», asentando diversas precisiones y afirmando que la de Ballesteros es «una de las aventuras poéticas más interesantes y sólidas de su generación», a lo que añade que la denominada ‘manera hermética’ de la escritura de Ballesteros, «configurada a través de diversas violencias lingüísticas, es la que nosotros reconocemos, por su carácter atípico, como la más propia del estilo ballesteriano, y esta manera nunca desaparece, solo varía de intensidad».

De los comentarios a Contramesura se resalta que representa, junto a la evidencia de una vuelta al soneto, un tratamiento diverso de la materia poética según la sección de que se trate; así, «Sapienciales» posee un tono sentencioso inclinado a veces al humor y al absurdo, y a los denominados «Poemas laicos y civiles» corresponde un carácter irónico que los lleva a entrar «de lleno en el terreno de la sátira». López-Pasarín comenta frecuentemente poema a poema el contenido del libro, del que al fin se precisa que impone «la concentración temática en el tema de la muerte y su correspondiente, el del valor de la vida humana ante los límites que la naturaleza le impone».

Las diecinueve páginas dedicadas a Almendro y caliza se estructuran como «un poema único dividido en dos partes»; aunque con secciones en el interior de ambas, comienza explicando el origen del libro: «la muerte, por enfermedad fulminante, de uno de sus hijos». Esto justifica que el ensayista vaya comentando las partes del libro, sus claves simbólicas y la finalidad de tratar -leemos- «el problema básico de la literatura, es decir, cómo podemos convertir una experiencia individual e intransferible en otra generalizable y compartible por la comunidad lectora».

A partir de aquí, López-Pasarín va orientando al lector en la comprensión del libro-poema, deteniéndose respectivamente en Almendro y en Caliza, argumentando sus cambios de perspectiva y aclarando la evolución temática que implican. Se resaltarán así motivos como el dolor, la consciencia de ser hombre, de vivir en movimiento, de experimentar la evolución y el sentido estético. Las últimas páginas del análisis se centran en el valor ético del poema, lo que obliga a hablar de la dignidad del hombre «y del valor supremo de la vida, que, a pesar de todos los pesares, siempre merece la pena». Y esto, junto con la mención de otros aspectos, como el tratamiento de la métrica, conforma una exégesis muy completa de este inmenso poema que es Almendro y caliza.

Los cincuenta y cuatro que configuran Jardín de poco -que da título a la edición- los compuso el autor entre 2015 y 2017 y arrancan de la base vital del «hablante, sentado ante su té, contemplando el jardín y lo que en él sucede, y entregado a las meditaciones que ello le suscita»; teniendo además un trasfondo único: «el de la cercanía inevitable de la muerte». A esto añade el ensayista: «El tema de la muerte es general en los tres libros, que presentamos aquí». Así, el análisis que hace de este último López-Pasarín desentraña los aspectos líricos múltiples de tales versos y realza, de modo certero, que en ellos «da la impresión de que la red simbólica es más compacta...». Guiado así, el lector irá descubriendo los diferentes acercamientos a esa temática común y cuanto necesite para comprender luego los citados cincuenta y cuatro poemas que se imprimen entre las páginas 153-208, de las que rescatamos -respectivamente de los poemas 10 y 24- estos dos fragmentos: «En la ribera/del jardín de poco, florecen/los cerezos urbanos de tronco/oscuro y escasa mansedumbre»; «Jardín de poca tierra y tiempo poco,/ruin y placentero, ágora única de vida/que te resta». Versos siempre reconcentrados y reflexivos, cuyos comentarios dan paso al apartado «Cuestiones retóricas», tan sintético como necesario para entender con precisión el estilo de la poesía del escritor malagueño. Nadie, lector entusiasta de su poesía o especialista de nuestra última literatura lírica, puede dejar pasar la oportunidad de captar y sentir a través de esta poesía inédita a un poeta tan original y grande como es Rafael Ballesteros.