Usar la primera persona en una novela o relato, ayuda a identificarse con el personaje, de manera que nos resulta con el paso de las páginas tan familiar que hasta nos sentimos tentados a invitarle a cenar o a llamarle por teléfono. María Tena, escritora madrileña, aborda en esta su quinta novela, Nada que no sepas, la historia de una mujer atormentada, que se habrá de enfrentar a sus fantasmas más lejanos pero también más perversos, encarnados por una ausencia nunca explicada suficientemente y, por lo tanto, nunca entendida. Su madre. Nada que no sepas es pues, como sus obras anteriores, una novela de personajes, más que de argumento. Una novela de personajes en la que brillan con fuerza el de la hija y protagonista que un buen día decide volver al Uruguay de su infancia en una especie de road movie interior a la búsqueda de respuestas. Porque en Nada que no sepas, XIV Premio Tusquets Editores de Novela 2018, la protagonista, en plena crisis de pareja, vuelve al episodio que habría de marcar el final abrupto de su adolescencia y de los años más felices de su familia: la muerte inesperada de su madre en un desconocido Uruguay de finales de la década de los sesenta. Y en esa búsqueda, en la que como todos, solemos encontrarnos con el lado más oscuro de nuestra existencia, descubrirá secretos inconfesables de una familia que vivía acomodadamente aderezada por las fiestas y el alcohol, en la llamada «Suiza de America». El Uruguay de los años 60. Una especie de paraíso en el que las fiestas se perpetuaban noche tras noche, en el que todos eran refinados e intelectuales, las adolescentes usaban minifalda y se respiraba una libertad inaudita, a diferencia de aquella España oscura y triste que los protagonistas habían dejado atrás. Una gran novela para unos tiempos en crisis.

Y vamos a cerrar esta Carta del Norte hablando aunque sea de soslayo de un libro fundamental para entender el devenir de la historia del siglo XX. Juventud sin Dios, editado por Nórdica, narra los orígenes del nacionalsocialismo, de esa juventud ansiosa por vencer y convencer, educada para anteponer las creencias hitlerianas a la moralidad de un pueblo que sin saberlo, iba camino de la autodestrucción. Escrita por un joven profesor que intentaría rebelarse a dichos métodos, resulta altamente clarificadora de cómo se vivía la educación en las escuelas en los años previos a la II Guerra Mundial, y por ende, ayuda a entender, que no a comprender, como se pudo arrastrar a todo un pueblo a la misma.