En menos de 70 páginas, la autora francesa Jeanne Benameur, nacida en Argelia, narra una historia de amor y milagro, de dolor y misterio. Un bocado exquisito escrito con frases cortas, contenidos el aliento y la sintaxis. Un amor materno-filial que se basta a sí mismo y en cuyo recinto no cabe nadie más.

Es la unión instintiva, cerrada, entre una madre demeurée y su pequeña, un compuesto casi animal con su propia guarida, que parece tambalearse cuando Luce, la hija, empieza a ir a la escuela porque es obligatoria. Y comienzan ahí las confrontaciones entre la madre y las gentes del pueblo, entre la maestra y las niñas, entre la realidad y la norma. Hasta que salta la enfermedad como revulsión y protesta, como único refugio de lo que no se entiende.

Pero, en medio del sufrimiento y al borde de la muerte, todavía es posible alumbrar el poder del amor y el poder del lenguaje.