De la prolífica creatividad de Francisco Morales Lomas nadie puede dudar. Narrador, poeta, dramaturgo y ensayista reconocido en las cuatro facetas por diversas circunstancias, ha presentado en los últimos meses diversos títulos, entre ellos El hilo de Ariadna, Emilio Prados: Ser y tiempo (Antología poética) y el libro de relatos, que ahora comentamos, El viento entre los lirios, conformado por 145 páginas y un total de cuarenta y cinco capítulos muy breves, algunos tanto que son microrrelatos de dos, cuatro u ocho renglones. Son textos que en buena parte muestran fidelidad a la trayectoria de Monterroso, Cortázar y Borges, a los que considera sus maestros, según se advierte en la contraportada de la edición.

De estas historias, las dos más extensas son las que inician la serie: «Jaimito en Bilbao» y «En algún lugar del corazón». En la primera, que transcurre en Marruecos («Marruecos es grande y el lujo convive con la miseria»), es la amarga realidad y los sueños truncados de un niño huérfano y desgraciado lo que se impone en una prosa ágil y bien estructurada para enfrentarse a la buena conciencia del lector. En la segunda, la narración exhibe un estilo clásico y cuidado por reproducir de modo imaginario una supuesta historia de amor de Cervantes contada por él mismo en una también ficticia estancia en Salobreña, texto del que además se desprende una ejemplar moraleja: «El amor limpia cualquier malandanza y los hombres siempre lo tienen en la más alta estima». La muestra de la dos historias precedentes es signo de la variedad de asuntos, de registros y de realidades atendidas queriendo comparar precisamente la diversidad de experiencias vitales que nos rodean y que a veces ni siquiera percibimos hasta que no se nos plantean con la desnudez que lo hacen estos relatos.

Son esos diferentes planteamientos los que, tratados unas veces con ironía, surrealismo, sorpresa, lascivia o humor, hacen de este libro un conjunto con el que se disfruta, se piensa y se reconoce la coexistencia de estilos, la diferencia de argumentos o la eficacia del microrrelato, como el titulado «La caníbal», de solo dos líneas: «Comenzó a sonreír cuando le dijo que era caníbal pero pronto cambió de parecer cuando ella acabó con su oreja derecha».

Y junto a este no se olvidarán otros textos del libro como, por ejemplo, los titulados «El farmacéutico y su prima de riesgo», «Asperger», «La rata» o «El pene curvo».