De la escuela nórdica viene este autor, y guarda señales inequívocas de ello desde el primer poema. A través de esta antología que ahora se publica, se traza una visual rápida e intensa sobre la obra, en castellano, de Lars Gustafsson, una ocasión interesante para abordar su poética que no se ha dejado ver mucho por estos lares.

Una de las primeras premisas que nos encontramos es esa apuesta decidida y firme a indagar sobre lo inefable, con esa mirada escrutadora, que vacía en ocasiones los objetos de contenidos, dejándolos en una desnudez sofocante. Explorar de la realidad la apariencia, con lo más diáfano del lenguaje como herramienta principal, en una actitud de conocer a través de esa exploración y de las posibilidades del lenguaje lo que puede devolvernos la intuición sobre ese envoltorio; ir un poco más allá pero sin desvelar el misterio y, a un tiempo, tratando de poner luz a esa relación que se establece entre el sujeto y la realidad que le acontece, llámese paisaje, situación, anécdota, etc pero como parte de un mundo: «nos hallamos en un mundo paralelo,/y no hubo jamás otro mundo,/solo este».

Pero no solo hallaremos esa huella «filosófica o analítica» de la voz manifestándose de forma palpable, también y en ocasiones, esa apertura hacia otras formas de acercarse también a lo que se desconoce. Ese juego de dos mundos que se contraponen, pese a su engañosa cercanía, es una opción recurrente por parte de Gustafsson, aunque su huella de lo científico y lo tecnológico como sustrato, sobre el que se mueve con soltura, resulta una constante en cuanto a regularidad, manteniendo un equilibrio proporcionado dentro de cada poema.

Con ese tono de cierto distanciamiento, el sujeto poético desmenuza y disecciona cada paisaje, cada escena, mostrando no solo ese plano de lo identificativo (sobre todo en lo que concierne a la naturaleza), sino también una sucesión de imágenes casi siempre libre de adjetivos cuya fuerza convierten a estas en un pilar de la poética de Gustafsson. Crea con ello, un tono lírico muy peculiar, al que quizás no estamos muy habituados, pero que una vez establece el puente cómplice, cruzamos con facilidad hacia esa propuesta directa y, a la vez, sugerente. Todo camina hacia un enigma, hacia una resolución que queda en el aire, suspendida, por descifrarse y lo racional siempre asoma y perfila pero no determina, y es ahí donde el lector entra y tiene que activarse, y también donde adquiere fuerza el planteamiento del autor.

Poemas que discurren con muy diverso signo y forma, pero manteniendo unas constantes vitales, y cuyo tono -descriptivo en ocasiones-, obedece a una forma de concebir y mostrar el poema, a veces en un discurrir de imágenes o ideas paulatinas, para crear ese efecto envolvente del que no se sale fácilmente.

‘Puentes. Antología (1962-2016)’. Autor: Lars Gustafsson. Editorial: Cálamo. Palencia, 2019.