Miguel Ángel Hernández entiende la novela como una narración autobiográfica, de descubrimiento interior, de catarsis terapéutica. Pero El dolor de los demás se le irá de las manos. No será una mera novela testimonio, ni al final resultará tranquilizadora para el narrador, sino todo lo contrario. Veinte años atrás el mejor amigo del escritor asesinó a su hermana y se quitó la vida en un pequeño caserío de la huerta murciana. Ahora, el autor se dispone a narrar aquellos hechos en que se vio envuelto. Abrir aquella investigación que se cerró con la muerte del asesino, indagar en aquel crimen brutal como Truman Capote en A sangre fría. Pero Hernández acabará implicándose emocionalmente, porque no cuenta relatos ajenos: narra desde dentro y es un protagonista, lo quiera o no, de los hechos que acaecieron. Estilo muy directo, contundente, sincero y abierto, alternando sabiamente la narración en primera y segunda personas. La influencia de Javier Cercas se nota en la estructura y el tono. El autor busca reflejar el relato de los hechos mezclando lo puramente personal con la narración de los acontecimientos, y aquí confiesa el influjo de autores franceses como Delphine de Vigan y Emmanuel Carrère, especialmente en la técnica preferida de este último, donde se combina el relato y la propia experiencia del escritor en un marco autobiográfico que Hernández lleva mucho más lejos, porque el autor de El dolor de los demás no es solo un testigo de aquellos hechos que narra o un personaje más de la novela que ahora ha tenido el coraje de escribir, sino un Edipo que investiga su propio pasado sin saber si aquel acto literario lo destrozará por dentro. Es la confesión valiente y dolorida de quien bucea en un terrible pasado sin atisbar el coste emocional que supondrá remover aquellos cimientos. El autor sabe que acomete una empresa donde la literatura ya no es terapéutica sino, quizás, traumática, porque en un momento de duda confiesa que «hay aguas que es mejor no remover, lugares en los que es mejor no entrar, que no todas las historias tienen por qué ser contadas, que escribiendo no siempre se gana, que a veces también naufragamos ante el dolor de los demás» (pág. 31). Miguel Ángel Hernández (Murcia 1977) es profesor de Historia del Arte en la Universidad de Murcia, escritor y crítico de arte. Ha publicado libros de ficción: Cuaderno [...] duelo (2011), Infraleve: lo que queda en el espejo cuando dejas de mirarte (2004), El bebedor de lágrimas (2008) y Demasiado tarde para volver (2008). El dolor de los demás (2018) es su tercera novela, después de Intento de escapada (2013) y El instante de peligro (2015), las tres publicadas por Anagrama.

La vuelta a la huerta no es el regreso a la infancia o adolescencia de donde huyó veinte años atrás. Es la vuelta al escenario del crimen, con otros ojos, con la mirada del narrador que va alternando el desarrollo de los hechos con sus pensamientos de entonces. El antiguo mejor amigo del asesino, ahora escritor, cuenta cómo afronta la tarea de escribir la novela, cuál es el proceso, con quién habla, cómo se documenta. Con un hondo psicologismo y una estructura textual muy consistente avanza la novela. Y el autor va contando la historia al tiempo que el lector puede observar con claridad la mella emocional que deja sobre el narrador, el destrozo psicológico que se produce en el escritor cuando rememora la evocación de aquellos hechos. Describe, incluso, las pesadillas que tuvo mientras escribía la novela (pág. 105), sus pensamientos de niño, el papel de la iglesia. Es descarnadamente sincero al describir sus complejos de adolescente, sus creencias religiosas, su pasión por la música, su sentimiento de culpa (pág. 164). Sumergirse en el pasado solo le sirve para mirarse veinte años atrás y descubrir su huida, sus traiciones, su yo de entonces. El autor es arrastrado por la colisión psicológica de aquellos dos yoes, el de adolescente y el de ahora, hasta que consigue alejar tanta presión fijándose no en su propio dolor ni en el de quienes le fueron cercanos y queridos, sino en el dolor de los demás. «Comprenderás... que la noche amarga permanecerá anclada en el tiempo. Pero intuirás por fin lo que late detrás de la bruma… entenderás por vez primera lo que importan las palabras. Las que duelen y las que salvan» (pág. 305).

‘El dolor de los demás’. Autor: Miguel Ángel Hernández. Editorial: Anagrama. Barcelona, 2018.