‘Tiempos de esperanza’. Autor: Emilio Lara. Editorial: Edhasa. Barcelona, 2019.

Hace dos años Emilio Lara recibió el Premio Andalucía de la Crítica con su segunda novela: El relojero de la Puerta del Sol (Edhasa, 2017), que había seguido a La cofradía de la Armada Invencible (2016). Este doctor jiennense, profesor de Geografía e Historia en un instituto, ha conseguido con sus dos obras situarse en el panorama de la novela histórica en España. Un panorama espacioso, pues estamos ante un género narrativo de largo alcance. Pérez Reverte o Eslava Galán han sido dos conspicuos cultivadores. Pero no podemos dejar de nombrar a otros como Santiago Posteguillo, Julia Navarro, Ildefonso Falcones, Carmen Posadas, Matilde Asensi, Fernando de Villena, Calvo Poyatos, Carolina Molina... y mi querido y desaparecido amigo José Manuel García Marín.

Tiempos de esperanza, la tercera novela de Emilio Lara, ha sido premiada con el Premio Narrativas Históricas en 2019. Se trata de un gran fresco de época en el que un grupo de niños deciden hacer una cruzada y dirigirse hacia los Santos Lugares. Podría pensarse que la imaginación del escritor es mucha al escoger esta temática, sin embargo, la realidad supera a la ficción. Durante la Edad Media casi todo tenía una simbología mítica, una esencia fijada en los sueños. Y hasta estos podrían tener visos de realidad. En la nota del autor, Lara explica las razones de este libro: «Conocí la historia de la cruzada de los niños en la universidad... aquel suceso que parecía entresacado del realismo mágico... recordé la fascinación que la alocada aventura infantil me había producido durante mi juventud». En esta novela reconstruye la aventura de estos niños fundamentalmente durante el año 1212, aunque existen excursos narrativos a 1260, como explicaremos. Sobre esta aventura hubo gran número de obras que hablaron y han sido empleadas por el autor con finura, por ejemplo, Gente de la Edad Media de Fossier o La cruzada de los inocentes de Görlich. Existe, pues, una documentación amplia que, a veces, puede convertirse en un problema para un escritor, ya que son tantos los datos que es fácil dejarse seducir por ellos. La maestría consiste en lo contrario, en no dejarse arrastrar por la vorágine, en situarse mentalmente en las sensaciones que vivieron aquellos niños y llevarlas al lector actual con interés e intención. Emilio Lara logra en las 474 páginas de este libro crear una imagen histórica solvente, con acierto, en donde no solo se nos muestra el recorrido de estos niños desde París hasta Marsella para embarcar rumbo a Jerusalén con las ingratitudes y situaciones secundarias del camino y sus embates, sino también la situación del Vaticano y de los almohades que se preparaban para invadir la ciudad papal y se encontraban en Sevilla organizando un gran ejército. Estos tres elementos están perfectamente enlazados en la obra a través de un engranaje de 116 capítulos con un prólogo y un epílogo, que son breves secuencias cinematográficas a través de las que el lector avanza cronológica y linealmente en el fluir de los acontecimientos.

No obstante, tanto el prólogo como el epílogo se sitúan fuera de ese año mítico de 1212, y transcurre en Perugia, en septiembre de 1260, y en ellos nos llega la voz narrativa de Juan (uno de esos niños), primero advirtiéndonos de su famélica cruzada, su simbología, su ilusión colectiva; y después, cerrando el ciclo de la memoria.

Los acontecimientos fundamentales, por tanto, se inician el 4 de mayo de 2012 en la Abadía de San Denís (en París) y finalizan en Orvieto el 16 de septiembre de ese mismo año, si bien hay un capítulo final, el 116, que transcurre el 20 de diciembre de 2017, en Cerdeña, y actúa como una especie de cierre de la obra.

La construcción del periodo y de los personajes es uno de los grandes aciertos de la obra. Pero también la atmósfera creada, la fortaleza de las situaciones secundarias y de los sentimientos y sensaciones de los personajes, entre los que destacan el líder espiritual de los niños, Esteban, el califa almohade Muhumamad Al-Nasir alias Miramamolín, el rey Felipe Augusto, el papa Inocencio III y el cura Francesco -con toda suerte de inquinas en el seno de la Iglesia y de libertinajes y escándalos-, Juan, la historia de Raquel en su búsqueda de Raúl, su encuentro con Esther -que le permite al autor hacer un excurso secundario sobre la persecución de los judíos-, Philippe, Pierre, Giulia y su historia de amor con Francesco…, y, por último el intento de vender a los niños por algunos de los traficantes esclavistas en Egipto.

En Tiempos de esperanza Emilio Lara ha creado una historia rica y plural con un pulso narrativo dúctil, a través del que emergen las siempre sugestivas aventuras cervantinas, engarzadas en un puzle que progresivamente va encajando a medida que avanza su lectura, pero sobre todo es un gran fresco histórico en una época fascinante, plagada de mitos y sombras.