En los últimos años se ha producido un verdadero aluvión de publicaciones sobre el poeta Miguel Hernández, que se ha intensificado en 2017 con motivo de cumplirse en marzo pasado el 75 aniversario de su muerte.

Solo voy a referirme a dos recientes hechas públicas por la editorial cordobesa Utopía Libros, que, desde luego, lleva un ritmo vertiginoso atendiendo a otras personalidades y obras de reconocidos escritores

(Antonio Jaén Morente, José Saramago o José Luis Rey).

En Miguel Hernández, la voz de la herida, de David Becerra Mayor y Antonio J. Antón Fernández, se repasan en algo más de cien páginas, con interesantes notas, bibliografía y anexos gráficos, dos asuntos fundamentales que son la biografía personal y literaria del poeta, según título del primer capítulo, Antes del odio, con una excelente organización y claridad informativa; y, ya en el segundo, Después del amor, el que es aspecto crucial por tratar de la militancia política de Miguel Hernández y de su participación en la Guerra Civil hasta que acaece su muerte en 1942.

De novedoso tratamiento, Garbera de recetas hernandianas, de Jaime Ruiz Rey, quiere «descubrir los olores, los sabores, las comidas típicas de la huerta» de la Vega del Segura en que se inscribe Orihuela. Y así van sucediéndose los doce breves capítulos -pinceladas de biografía y gastronomía- que relacionan escritos y versos hernandianos con las recetas y costumbres culinarias de aquella comarca. Artículos como El pan, Especias y condimentos o Las legumbres dejan ese halo de realidad, pobreza y dadivosidad personal que Miguel arrastraba, pues -como escribe Vicente Aleixandre- el poeta alicantino llegaba a Madrid «con una carga, con un saco de naranjas esplendorosas, que en aquel tiempo era como si fueran de oro».

Dos libros para homenajear a Miguel Hernández y demostrar la altura ensayística y literaria de Utopía Libros.