Dibujar la estructura sintética del mundo en ágiles frases de cuarzo que refulgen es lo que ha hecho Carmen Canet en el libro de aforismos Luciérnagas.

El sentido del tiempo, la vida cotidiana, el amor, la tristeza, el silencio y la amistad son canicas engarzadas por una luz muy pura que Carmen echa a rodar sobre el papel para que fuljan ante nuestras pupilas. Sin duda, Luciérnagas es un bosque de aforismos vívidos, luminosos, hipnotizantes, que acaban dejando huella en el lector.

Como tenues guijarros pulidos bajo el agua de un arroyo diáfano, bullen las ideas en este libro certero y prodigioso: «La fotografía es el insomnio de una imagen». Carmen Canet nos regala algunas piezas de un aroma poético cálido, elegante: «Es la hora de encender el silencio quitándose el sombrero».

El sentido del mundo adquiere consistencia dentro de este Luciérnagas, donde el verbo, la palabra encendida es pura eternidad.