‘Ellas resisten.

Mujeres poetas y artistas’.

Textos 1994-2019’. Autora: Noni Benegas. Editorial: Huerga y Fierro. Madrid, 2019.

Conocí a Noni Benegas hace más de veinte años, cuando elaboraba el listado de poetas para la antología Ellas tienen la palabra. Dos décadas de poesía española (1997), verdadero salto cuantitativo en este país para visibilizar a las poetas desgajadas del monumento canónico hasta los años ochenta del pasado siglo. En el prólogo de aquella antología (reeditado recientemente por FCE), trajo a España el aire fresco de algunas pensadoras francesas, poetas norteamericanas y, sobre todo, hispanoamericanas. Subrayó que el castellano no es una lengua hegemónica que irradia desde España, sino que hay múltiples variantes. Ahora publica Ellas resisten, donde la autora refleja sus pasiones e intereses. Para ello ha seleccionado una serie de artículos y entrevistas recopilados de su quehacer como crítica y estudiosa de la poesía escrita por mujeres. En esta selección se deja constancia de una manera de mirar personal, crítica, casi gozosa. Inspirada en Los tratados de La Habana (1958) de Lezama Lima, que arrojaron luz sobre la tradición poética en Cuba, ofreciendo algunas coordenadas político-sociales en las cuales tenía lugar el fenómeno poético. Aunque sin tanta pretensión, como confiesa en el prólogo, veremos un recorrido que parte del año 1994 y termina en el actual. El libro está dividido en dos bloques. En el primero hay trabajos sobre poetas españolas contemporáneas. Se abre con una larga entrevista (en la que colaboré) con el entonces coordinador de la revista «Ínsula», Carlos Álvarez-Ude. Tiempos aquellos en los que revistas canónicas como «Ínsula» dedicaron un número entero a poetas mujeres coincidiendo también con los Encuentros de Mujeres Poetas que comenzamos a organizar, junto a otras poetas, por toda España desde 1996.

Benegas, inspirada en el pensador francés Pierre Bourdieu, trajo a colación el campo literario vacío de nuestras antecesoras a falta de visibilidad y dejando constancia de que el capital simbólico, para las mujeres, estaba seco en las lagunas de la tradición española. No hay nada cerrado, tampoco sabemos cómo circularán los afluentes del río poético en el futuro. Resulta interesante la entrevista con Julia Uceda, aparecida en la revista «Quimera» en el año 2002, así como la de Francisca Aguirre que no dejó de ser joven a sus ochenta y pico años (ambas premios nacionales). O la impresionante entrevista a Juana Castro, cuando publicó Los cuerpos oscuros (2005). Nada de detenerse en los retratos generacionales como garantía de que la juventud es el aval del progreso. Puede ser más moderna una mujer nacida en los años treinta. En otras entrevistas aparece la colombiana Mercedes Carranza, que hacía poesía de las violencias de su país. La argentina Mirta Rosemberg, que escribe en una lengua de pausados ritmos. En suma, el castellano de Sudamérica es una mezcla de otras lenguas y culturas que por sus orígenes dejaron el poso de varias nacionalidades como la italiana, la alemana o la judía, además de la española. La segunda parte la dedica a poetas de otras lenguas como Anne Sexton, Gertrude Stein, un artículo sobre el surrealismo y la mujer y un extenso trabajo sobre el «Corpus lesbiano», una primicia editada en la «Revista de Letras» con la colaboración del desaparecido Mario Merlino. Así, irrumpen en este libro los abusos infantiles (Rosa Lentini), mujeres empujadas a la locura en la posguerra (Rosana Acquaroni), la revalorización del espacio doméstico para la creación (Gabriela Sotomayor), el alzheimer de nuestros mayores (Juana Castro), la precariedad laboral (Maria Ángeles Maeso), los refugiados (Berta Piñán), la extrañeza de lo cercano (Olvido García Valdés), la identificación con lo lejano (Concha García), la rebelión contra el rol heredado (Ángeles Mora), el necesario parricidio (Mercedes Carranza), la confluencia de ciencia y mística (Clara Janés), la revisión de mitos (Aurora Luque), los ritmos internos del verso (Mirta Rosenberg), el montaje rápido (Ana Cuervo), las fórmulas breves (Minerva Villareal), la nuevas catedrales del consumo (Eloy García).

En este libro encontraremos también una serie de viñetas a las que le llama pulsos, se trata de dibujos hechos de pie, con los ojos cerrados que la propia autora nos regala.