¿Fue Ana Díaz uno de los pseudónimos que empleó Carmen de Burgos? Así lo piensa Jesús Munárriz, que, hace años, encontró casualmente el primer volumen de la trilogía que ahora publica Hiperión y a la que en un principio no relacionó con la autora almeriense. Tras una larga labor de investigación llegó a la conclusión de la autoría «leyéndola y releyéndola, cuanto más sabía de la vida y la obra de Colombine, más confirmación iba teniendo de lo que primero fueron sospechas y acabaron siendo seguridades. Solo una persona hace cien años era capaz de escribir estos tres libros y esa persona era Carmen de Burgos. Las evidencias son abrumadoras» (pág. 37).

Carmen de Burgos y Seguí (Almería, 1867-Madrid, 1932) fue periodista (primera mujer corresponsal de guerra), escritora, traductora, una de las mayores intelectuales del siglo XX y precursora del feminismo en España. Su obra fue perseguida con saña por la dictadura, que se revolvía contra su pensamiento ilustrado y la contundencia de su mensaje liberador. Fue defensora insobornable del divorcio, luchadora contra el sexismo, a favor del voto femenino, contra la pena de muerte y las guerras, valedora de la libertad de la mujer a través de la formación intelectual y la moderación. Buscaba la igualdad de derechos, hablaba de personas y no de guerra de sexos. Por eso sus libros fueron expurgados de librerías y bibliotecas. La dictadura quiso borrar su memoria, porque el verdadero peligro para la autocracia está en el mensaje liberador y pragmático. Ante la reflexión sensata a favor de la libertad e igualdad, sin estridencias ni fanatismos, nadie puede oponerse visiblemente sin dejar al desnudo su arbitrariedad, sin poder disimular latentes radicalidades.

Escribió casi doscientas obras: un centenar de novelas cortas, cuentos, ensayos, biografías, libros de viajes, crónicas periodísticas y traducciones. Toda esta literatura fue prohibida tras la guerra civil porque su mensaje atentaba contra el nacionalcatolicismo imperante. Pero su importancia fue enorme. Vivió a caballo entre la generación del 98 y los movimientos de vanguardia. Alcanzó gran fama en España pero también en América y Europa, hasta llegar a convertirse en la voz más autorizada del feminismo y la lucha por las libertades civiles en nuestro país. Utilizó varios pseudónimos para publicar, de ellos el más conocido es Colombine, pero hay varios más: Perico el de los Palotes, Gabriel Luna, Honorine, Raquel y Marianela. Si entre ellos se encuentra también el de Ana Díaz, tal como Jesús Munárriz afirma en esta edición arguyendo argumentos de peso, quedaría en manos de especialistas la responsabilidad de atribuir con total seguridad estos escritos a Carmen de Burgos. Las tres novelas y la traducción de que consta la edición parecen avalar su autoría. La primera de ellas se titula La entretenida indiscreta, una especie de novela picaresca en la que la protagonista es una mujer de principios de siglo que cuenta sus andanzas desde su infancia miserable en un pueblo de Sevilla hasta su licenciosa vida en las altas esferas del Madrid de la época. La segunda es la Guía de cortesanas en Madrid y provincias. Mantiene aquí el mismo tono y temática desarrollados a cargo de una protagonista, retirada del oficio, que redacta un manual para instruir adecuadamente a quienes quieran dedicarse a esta ocupación con garantías de éxito. El nombre de Ana Díaz es, sin duda, un guiño a la mujer del mismo nombre que aparece en la novela picaresca de Mateo Alemán Guzmán de Alfarache. La tercera novela lleva por nombre La imperfecta casada, donde la autora hace una decidida defensa del adulterio como forma de responder a la opresiva situación social de la mujer a principios del siglo XX. El volumen culmina con una traducción de la obra del portugués Francisco Manuel de Mello (1608-1666) Guía de casados. Las cuatro obras fueron publicadas por la madrileña Biblioteca Hispania durante el primer tercio del siglo XX. ¿Son cuatro nuevas obras de Carmen de Burgos escritas bajo un nuevo pseudónimo, Ana Díaz? Convenimos con el editor en que es así. Es su estilo, su temática, sus ideas, su concepción del mundo y el arte, sus lecturas, su erudición. Es Carmen de Burgos.