‘Córdoba.

Sueño de luz y eternidad’. Varios autores. Editorial: Detorres Editores. Córdoba, 2019.

El sueño de Córdoba se ha forjado durante milenios y aunque en esta vida lo perenne acaba convirtiéndose en caduco, el deseo es que cuanto simboliza y representa a la ciudad de Córdoba se prolongue largamente en el tiempo hasta hacerlo tan duradero que acabe siendo inmarcesible. Y es obvio que ambos son los conceptos que se quieren destacar en el reciente volumen Córdoba. Sueño de luz y eternidad (presentado en la Feria del Libro el pasado 30 de marzo), que es una verdadera joya tanto por su contenido -38 escritores ensalzando a la ciudad en casi trescientas páginas- cuanto por la belleza de su edición, conseguida por estar presentada con tapas duras con estampaciones de oro en portada y con numerosas y bellas ilustraciones a plumilla en su interior, que son obra de Guillermo Javier Puya Ortega.

Córdoba, la primera ciudad con cuatro declaraciones de Patrimonio de la Humanidad por la Unesco (por su Mezquita, su casco histórico, sus patios y su ciudad califal de Medina Azahara), tiene ahora un libro que exalta su belleza, su arquitectura y sus emociones mediante un amplio espectro literario que se desglosa en textos poéticos -ya que en el libro participan 19 poetas- y en textos en prosa -con intervención de otros 19 autores- cuyo primer manifiesto es el universal «Soneto a Córdoba» de Góngora, que se reproduce en la página de apertura.

La particularidad es que en cada capítulo se empareja un prosista y un poeta, por este orden, a quienes da acceso como portadilla representativa del motivo comentado el estilizado dibujo. Así, como ejemplo, el capítulo «Mezquita Catedral» se abre con un dibujo de unas arcadas del interior del monumento y sendos textos de María Jesús Viguera Molins, de carácter histórico, y de Manuel Gahete, cuyo poema es un ofrecimiento al reposo eterno en ese ámbito de luz y de belleza: «Mezquita de las luces, de nuevo aquí me tienes,/con el alma en pedazos, tierra ya de tu tierra».

Monumentos y rincones de Córdoba («Córdoba de arquitectura», que escribió García Lorca), como el Puente Romano, el Templo de Claudio Marcelo o Medina Azahara y como la Plaza del Potro, Plaza de la Corredera, el Patio de los Naranjos o las callejas, quedan atendidos rescatando sus resonancias literarias, artísticas o emocionales y al tiempo las vibraciones líricas que el poeta recrea y comparte con los lectores.

Estos descubrirán los secretos y quintaesencias de las tabernas (véase el capítulo decimosexto con la prosa de Manuel María López Alejandre dedicada a «Las Beatillas» y luego el poema acróstico de Antonio Flores). En esta línea, y sin ánimo de ser exhaustivos, se realza el emblemático y silencioso lugar de la Plaza de Capuchinos (comentada por Mercedes Valverde Candil y Ginés Liébana), o bien se repasa la emocionante historia solapada tras las murallas y salones del Alcázar de los Reyes Cristianos, del que Manuel García Parody constata que «ocurrieron hechos fundamentales de la historia de España e incluso de la universal», mientras que el poeta José Luis Rey recuerda un episodio de su infancia al escribir: «Niño que estuvo aquí, en el jardín,/jardín que estuvo en el niño,/ojos contra la luz, relámpago/contra el verde/visionario, niño».

Alentamos a la lectura de este libro, único, asombroso, lujo de verdadero coleccionista bibliófilo, un libro que invita a gozar de la belleza y -como escribe el editor y poeta Calixto Torres- «y perderme en la quietud de tus sentidos/tras confundir mis pasos al acercarme/al aliento petrificado que decora tus esquinas».