Javier Lostalé tiene el corazón cruzado por un silbo de luz que fuera de él restalla. Su poesía es cristalina, suave y pudorosa, como el filo del sol que baja de una nube. Y lo hace temblando, en sigilo y de puntillas: «Quién ama -nos dice-/cruza la frontera/con un único paisaje dentro». En este poemario Cielo, Javier Lostalé baila con su voz pura entre las sombras y luego se eleva fúlgido, elegante, «como un cometa/en un cielo roto».

Uno debe adentrarse lentamente en este Cielo, publicado en la hermosa colección Vandalia de la Fundación Lara, para sentir el pálpito esencial de la poesía azul que no envejece.

El poeta lumínico se abre y se desnuda de luz hacia adentro, pues su verso siempre es gozo. Pocos poemarios tan lindos como este, con tanta luz dentro y tantas lejanías. Lostalé mira el mundo aquí desde el desdén que presta el olvido, pero con la calidez que otorga el amor y el don de la pureza.