Volvemos la mirada y nos hallamos ante un mundo que siempre se transforma, como si siempre estuviese en perenne mutación, así lo ve Félix de Azúa, reconocido ensayista y crítico, uno de los intelectuales más prestigiosos de la actualidad.

Los ensayos de arte titulados Volver la mirada son un mosaico de interesantes estudios donde se unen artistas actuales con los ya renombrados Picasso o Cezanne, todo vive en este libro, un abanico donde navega Barceló junto a Antonio Saura, Smithson y tantos otros, porque Azúa entiende el arte como un viaje en el cual la belleza está siempre presente.

Tiene el libro la textura de los grandes ensayos, la estética que va dejando huella en los cuadros de Goya, en ese horror vacui de sus pinturas negras a ese Cezanne impresionista o ese mundo de Picasso tan en sintonía con el arte actual.

Vive en Azúa todo un espacio de voces, todos aquellos ecos que nos han dejado impresionados, artista indudable que al ver en otros la emoción, se transfigura y sabe que toda vida es el afán de no morir, de perpetuarse a través de la creación. Necesidad imperiosa la de crear para traducir así la obsesión por la vida y su eternidad.

El modelo romántico, aquel que siempre conlleva una lectura de la pasión y de lo instantáneo es también afín a un mundo donde apenas vemos, solo recibimos información, sin poder traducir en imágenes aquello que de repente ya ha sido sustituido por otra imagen, mundo en perpetua descomposición por la prisa y la banalidad de todo: «El modelo romántico se ha impuesto, sobre todo en unos medios de masas acuciados por la prisa y estimulados por la irresponsabilidad» (p. 49).

Qué lejano ese modelo de la minuciosidad de Goya, del detenimiento de los grandes pintores donde lo figurativo triunfa sobre lo abstracto. En los grandes pintores, el arte del saber mirar no se detiene, ante el espectáculo de la banalidad del no saber ver de la actualidad, envuelto en sombras por la prisa y la información desenfrenada.

Libro indudablemente de culto, que nos habla de los pintores que habían sido educados con rigor, como considera a Picasso, el último, para Azúa, de los que llevaban en el lienzo todo un aprendizaje. Libro que nos va ofreciendo múltiples miradas sobre un lienzo que se hace estética, ese lienzo que es libro que leemos y que Azúa va dibujando hasta que el boceto vaya cobrando toda su emoción.

Y en el romanticismo el fragmento lo es todo. Incapaz de dar unidad a aquello que quieren construir hay algo en el mundo actual que se parece a esas imágenes incompletas, porque hoy todo viene diluido por la imagen que no tiene capacidad integradora, todo son fulgores vanos, destellos sin acabar de estallar.

En definitiva, se trata de un libro realmente necesario para entender el pasado y el mundo actual.

‘Volver la mirada’. Autor: Félix de Azúa. Editorial: Ediciones Debate. Madrid, 2019.